Siempre
es importante tener a la mano libros para leer, sobre todo a para nuestros
niños. Hoy voy a recomendarles en el espacio de la reseña del libro del mes un
libro de Kęstutis Kasparavičius titulado Cosas
que pasan cada día, un texto de literatura infantil que ha atrapado a mi
sobrina por su forma original de desarrollar sus pequeños cuentos. Para ella,
este libro ha significado mucho desde que llegó a sus manos a través de los
Reyes magos y aunque no sé si ha reflexionado sobre la forma en que el libro es
ahora suyo yo si me pregunto cómo sería si fuera otro y no éste el libro que
tiene con ella.
Los
libros llegan a nuestras manos de forma cotidiana, conforme las cosas pasan,
cada día. Es curioso como eventos de todo tipo nos encaminan hacía un texto u
otro. Por ejemplo, el otro día, leí en Facebook sobre José Rubén Romero y me
enteré de un dato que yo desconocía: tuvo una tienda muy conocida aquí en mi
ciudad, Tacámbaro, la tienda “La fama”. Pero eso no fue todo. Al parecer en uno
de sus libros escribió un sobre dicha tienda y aunque he buscado la novela por
cielo, mar y tierra me ha sido imposible conseguirla. Sé que hay una película
al respecto, pero no quiero verla hasta no haber leído el libro. Aún me quedan
las librerías de viejo para buscar el libro.
Así, con estos pequeños detalles que van sucediendo a lo largo de nuestros días los libros se nos presentan. Es increíble como una anécdota se antepone como carta de presentación para que nos anime a leer. Por eso cuando alguien me dice que no le gusta leer me sorprende ver que no ha sido introducido adecuadamente a los libros porque, desde mi perspectiva, una persona a la que se le ha enseñado a leer de la forma adecuada, siempre leerá y es algo que no me canso de decir. Hoy quiero hablar de un libro que incluso en su nombre habla de esos pequeños detalles cotidianos, se trata, como ya mencione, de Cosas que pasan cada día.
Sí es posible formar lectores
Retomando
lo que mencionaba arriba, he decir que no concibo del todo a alguien que no le
guste la lectura sin que le hayan inculcado el hábito y es que este libro de la
editorial Thule es un libro que he tenido que pedir prestado a mi sobrina para
poder hacer esta reseña y como he tardado un poco en ponerme al teclado ya he
recibido un par de amonestaciones por parte de mi sobrina debido a que lo
quiere de vuelta para leer, con justa razón. Aquí se demuestra que ella, una
niña de ocho años, ama la lectura. Trabajo ha costado que esto sea así, por su
puesto, pero para aquellos padres de familia consternados por el futuro de sus
hijos yo les aseguro que es posible hacer niños lectores que se convertirán en
adulos asiduos a la lectura. Es cosa de constancia y dedicación. Si les
interesa saber más sobre este libro, acompáñenme en esta entrada hasta el final
porque les voy a hablar sobre mis impresiones en esta recomendación del libro
del mes.
Un escritor que ilustra
El
autor es Kęstutis Kasparavičius (complicado de pronunciar, ¿verdad?), un
diseñador gráfico de Lituania que tiene en su haber más de cuarenta libros para
niños y varios premios como el Golden
Pen de Belgrado (1990) y el de Ilustrador del año en la Feria del libro
infantil de Bolonia (1993). Por ello, no es de extrañar que el mismo sea el
ilustrador y escritor de este libro. Algo que me llamó la atención al respecto
mientras leía algunos cuentos con mi sobrina es que ella reparó en la firma del
autor en las ilustraciones, al notar que era la misma en cada dibujo se puso a
buscar atentamente la firma en cada dibujo y le entusiasmó ver que aparecía en
cada una de ellas. No ha descubierto el significado de ello, pero le encanta
verla en cada página.
Interacción a la distancia
Por
otro lado, las ilustraciones son muy llamativas, originales e ingeniosas.
Suelen presentar objetos que normalmente son inanimados con características
humanas, siempre acordes al contenido del texto. Me agrada que los pasajes son
también breves, de acuerdo a la edad del público a la que está dirigida, pero
que se puede catalogar sin problema como un pequeño cuento con una unidad
temática por sí sola. Los personajes son siempre amigables, accesibles para los
niños, reforzados siempre por los dibujos que los acompañan; a mi sobrina
siempre le causan risa los acontecimientos que van pasando y suele mostrarme
las imágenes aun cuando leemos a través de una video llamada.
Dónde conseguir el libro
El
libro es de buen tamaño con ochenta páginas de contenido y un buen papel. Para
el tiempo que mi sobrina tiene con el me parece que es resistente a todo el
trajín que le ha dado, incluyendo el maltrato que su hermana menor le da. En
México se puede conseguir en https://www.edicionestecolote.com/
por $289 pesos, un precio razonable si se toma en cuenta la calidad del libro y
su contenido. Claro, hay que pagar gastos de envío a parte. Pero si estás
atento a la página hay ocasiones en las que te ofrecen descuentos de temporada
y es conveniente hacer la compra en ese momento. Personalmente recomiendo
buscar libros en esa tienda virtual porque no solo hay ese de buena calidad,
sino que pueden encontrar muchos más que son realmente interesantes.
Reflexiones finales
Para
finalizar les voy a dejar unas imágenes del libro, siempre recomendándoles este
texto para sus niños y para algunos grandes, ¿por qué no? Pienso que una edad
adecuada es entre siete y nueve años, todo depende del nivel de lectura que
ellos tengan, claro está. Este es un buen momento para ir pensando en los
regalos de navidad, o incluso de Reyes. Ya saben, hagan su cochinito que nunca
es pronto para ahorrar y, la verdad, soy de la opinión que es mejor regalar
libros porque los juguetes todos se los compran a los niños. Pero si eres un
tío o tía consentidora como yo, puedes ser el tío original que regala libros.
Es verdad que los niños se van primero a los juguetes. Pero después vuelven a
por el libro, yo lo sé. En el futuro eso es lo que de verdad les servirá.
Además, es un buen pretexto para sentarte con ellos a pasar un buen rato y
disfrutarlos, recuerda que no se van a quedar de esa edad por siempre.
Basta
de cháchara, veamos las imágenes. Nos leemos en otra entrada.
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