En busca de un libro adecuado para regalar a una niña de cinco años
Hoy hablaré de
un libro de David LaRochelle que tiene ilustraciones de Hanako Wakiyama. Cuando
lo compré para mi sobrina (pero no le digan porque no recuerdo si le llegó de
reyes o no…) estaba vagando en el Fondo de Cultura Económica y quería un libro
adecuado para ella. Por aquel entonces mi sobrina apenas si leía. Creo recordar
que tenía entre cuatro y cinco años y estaba en preescolar, sin embargo yo ya
llevaba años fomentando el hábito de la lectura en ella. Había visto catálogos
de lectura donde recomendaban libros para ella y ya había comprado uno de
ellos, El estambre mágico del señor Pug,
del que hablaré en otra entrada. Así que quería algo diferente, algo que llegara a mí por recomendación propia.
Miré
y remiré por todos lados. Lo que me gusta de la librería del Fondo que hay en
Morelia es que es una librería abierta al público (concepto que agradezco que
hayan implementado en la librería Madero que está a unos pasos de ahí, si se me
permite el comentario) y se puede husmear libremente. Hay tres categorías que
ayudan mucho en la sección de niños y que rezan más o menos así “para los más
pequeños”, “los que están empezando a leer” y “para grandes lectores”. No estoy
del todo segura que sean así con exactitud las categorías puesto que hace algún
tiempo que no voy por ahí, pero creo recordar que son así. Yo sabía que mi
sobrina iba en la de en medio, pero miré en la primera también buscando algo
para su hermana menor.
Atraída en principio sólo por la portada
Cuando llegué a
“los que están empezando a leer” nada me convencía. Soy un público difícil e
indeciso para escoger algo que no es para mí. Trato de ponerme en los zapatos
de los demás y quiero que mis regalos conmuevan, que se disfruten. Sólo que me
es complicado saber si a un niño le gustará lo que he elegido para él o ella.
Ahora que mi sobrina ha crecido es más fácil saber sus gustos pero en aquel
tiempo no sabía cómo escoger. De repente vi el dragón de la portada de La mejor mascota con sus lentes sentado
en la barra de un restaurante. Fue una imagen que me llamó la atención y
comencé a hojear el libro.
La
historia me cautivó. Trata de un niño que quiere tener un perro pero su mamá no
lo deja. Y ya. No les cuento más porque les arruino la historia con los
spoilers. Algo pueden inferir por lo que les he contado pero no se fíen, que
hay un par de sorpresas que me gustaría descubrieran por ustedes mismos cuando
lean la historia. A mi sobrina, que, reitero, no sabía leer bien más allá de
reconocer algunas letras y unas cuantas sílabas, le basto con que le leyéramos
un par de veces la historia para que se la aprendiera de memoria.
Del trabajo del ilustrador
La historia de
David LaRochelle es bastante divertida tanto para chicos como para grandes por
su ingenio, pero son destacables las ilustraciones de Hanako Wakiyama sin
quien, debo recalcar, no habría yo llegado a la historia. Sus imágenes son de
líneas definidas con un colorido muy hermoso que no llega a ser excesivo, pues
los colores son mate y adecuados para el mensaje y la intencionalidad que se
pretende dar. Están muy equilibradas las formas y las figuras, dando una
sensación de alegría mientras se lee el texto. Es justo lo que se espera de un
libro para niños, ya que hace una mancuerna perfecto con el contenido y
enriquece la lectura.
Creo
que el texto es bueno, sí (de no serlo no habría comprado el libro). Pero
pienso que este es uno de los casos en el que las ilustraciones son mejores.
Hanako Wakiyama logró atraparme con su portada
seguramente lo ha hecho con muchas más personas. Estoy convencida que
ahí radica la llave del éxito de muchos libros: la portada. Es la cara de un libro,
su presentación. Si bien no se debe juzgar un libro por su portada es muy
cierto que es el primer contacto que los lectores tienen con el libro y si ésta
no es llamativa sólo cuentan con su texto para imponerse en el mercado. Pero
ojo, que estamos hablando de libros para niños y es imposible posicionarse en
este rubro sin un buen ilustrador, lo que, en mi opinión, se ha conseguido en La mejor mascota. Por eso finalizo con
que la lectura es altamente recomendada. Les dejo la portada.
0 comentarios:
Publicar un comentario