23 may 2021

Los 1001 años de la lengua española, un resumen

En ésta entrada haré un resumen completo y detallado del libro Los 1001 años de la lengua española de Antonio Alatorre. Se trata de un trabajo que elaboré hace algunos años para la universidad y que ahora he revisado y corregido exhaustivamente. En este texto encontrarás cómo nació el español a partir de la familia indoeuropea, siendo su origen el latín vulgar. Hablaré de las glosas de Milán, de la literatura del siglo de oro, la cuña castellana, el mester de juglaría y el mester de clerecía. También entraré en materia sobre la literatura de los siglos XIV y XV, el apogeo del castellano con especial interés en la novela, la poesía, el teatro, la prosa y lo que pasó con los moros, los judíos y los sefardís en la época. Hablaré sobre los cambios en la pronunciación y en el vocabulario y, finalmente, sobre el español moderno. Si te interesa algo de lo anterior, quédate y lee hasta el final.

 

INTRODUCCIÓN

 

Desde el origen de la vida misma, el ser humano ha tenido la necesidad de la comunicación y para ello usó desde el principio el lenguaje, el cual fue evolucionando con el paso del tiempo, tal cual el hombre mismo. Esta evolución, como todas las existentes, fue inconsciente al principio y conforme se fue consolidando la humanidad se fue tomando conciencia de ella y así mismo el individuo se fue haciendo varias preguntas, tales como: “¿de dónde viene el habla? ¿Por qué hay tantos idiomas? ¿Qué es el lenguaje en comparación con el habla? ¿Y que hay de la comunicación?”

Fue a base de estas cuestiones que las personas en general fueron razonando sobre sus orígenes en sus múltiples aspectos: la química, la física, la mecánica y –por supuesto – el lenguaje. Poco a poco se fueron desentrañando los misterios del lenguaje, formando una nueva ciencia llamada lingüística.

En el presente trabajo se pretende realizar un estudio del lenguaje, enfocándonos en concreto al español, que es parte de la familia de lenguas más grande del mundo: la indoeuropea. Así mismo, se hará un recuento detallado del avance que fue teniendo el español a lo largo del tiempo y de las variaciones que tuvo por varios motivos, de tal forma que se enriqueció y modificó hasta la actualidad.

 

LOS 1001 AÑOS DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 
I.                   LA FAMILIA INDOEUROPEA

 

Dentro de la lingüística se pueden estudiar diferentes familias, tales como la afroasiática o la chinotibetana, pero sin duda alguna la familia de mayor extensión geográfica es la indoeuropea, así como sus descendientes son las lenguas más habladas a nivel internacional. Las ramas finales de la familia indoeuropea son alrededor setenta o más, algunas siguen en uso, otras más están extintas. Al estar emparentados varios idiomas con otros, se dan una serie de palabras que se escriben casi igual y significan lo mismo en diferentes lenguas, por obvias razones.

 

II.                LENGUAS IBÉRICAS PRERROMANAS

 

Antes de que los romanos conquistaran Hispania, habitaban en el lugar distintos pueblos prerromanos, los cuales a su vez tenían sus propias lenguas (denominadas lenguas ibéricas prerromanas). Estos pueblos estaban ubicados a lo largo y ancho de la Hispania y eran tan variados que hoy en día es difícil ubicarlos, sin embargo, existió un griego llamado Estrabón que realizó un mapa donde se trata de clarificar donde estaba cada pueblo. Desafortunadamente su cartografía no es confiable porque él mismo dice que “no quiere llenar la página de nombres impronunciables” y además, la mayoría de estos pueblos no tenían escritura ni dejaron vestigios sobre si mismos.

Por el contrario, hubo tres pueblos prerromanos de importancia: el celta, el griego y el vasco.

Celta: este pueblo es realmente famoso por todas las huellas que dejaron a su paso y que aún hoy en día vive, especialmente en el lenguaje. Existen nombres célticos de lugares muy variados como lo son Brácara (la actual braga), Segovia (Segovia) y Clunia (Coruña). Derivados del celta están el irlandés y el escocés, por mencionar algunos.

Griego: fue una lengua hablada especialmente en los puertos y en las fabricas. La cultura griega influyó mucho en el arte en general en la península y en la actualidad las voces derivadas del griego son bastantes en varios idiomas.

Vasco: es una lengua que actualmente sigue siendo hablada, puesto que esta fue la única lengua que no fue opacada y eliminada por el latín. Los estudiosos del tema no saben realmente de dónde llegaron los vascos, pudo haber sido de África o desde el Cáucaso. Lo cierto es que a la fecha los vascos llaman mucho la atención por la permanencia de su lengua pese al tiempo que ha pasado y por los latinismos e iberismos que seguramente tiene.

 

III.             LA LENGUA DE LOS ROMANOS

 

Con la conquista de Hispania se inicia la expansión del poder romano fuera la península itálica y con ello las religiones paganas fueron sustituidas por la religión cristiana, siendo el imperio romano la base del cristianismo. De la misma forma, el latín se sobrepuso ante todas las lenguas (excepto el vasco, como ya se mencionó). Curiosamente, a los romanos siempre les encanto el griego, a tal grado que incluso les sentó bastante bien que Plutarco, escritor griego comparara griegos ilustres con romanos ilustres: Julio César era un Alejandro y Cicerón un segundo Demóstenes.

 

La Hispania romana


Julio César, al ser emperador de Roma pagó con recursos de Hispania la campaña que llevó a cabo contra Pompeyo y además tuvo suficiente para regresar a roma con una inmensa fortuna. También en Hispania nacieron Trajano y Adriano, sucesores de Augusto. Por otra parte, hubo un periodo de bilingüismo en la antigua Hispania para llegar a acuerdos con los romanos, principalmente, haciendo que las lenguas indígenas se hablaran sólo en el seno familiar y por último murieron del todo.

 

Latín hablado y latín escrito


Aunque a veces el lenguaje literario y el lenguaje hablado son casi iguales se nutren el uno al otro generalmente el lenguaje literario suele ser más rebuscado, una sección del lenguaje oral como si se tratara de otro totalmente distinto y la mayoría de las veces así es. Un claro ejemplo de esto son las poesías, dado que el leer a algún poeta de cualquier época y de cualquier lugar no da una idea clara y estable de cómo era el lenguaje en ese tiempo y lugar determinado.

En particular, la literatura latina estuvo peleada con el habla de la gente, además de que el latín hablado tomó muchas voces del griego. Es por ésta razón que nuestro idioma, el español –al igual que todas las lenguas romances–, se tomaron del latín que hablaba el pueblo y no los altos funcionarios, quienes estaban muy apegados al latín literario. De esta forma se clasificó en latín en dos ramas: el latín vulgar y el latín culto.


El latín vulgar


Se podría decir que el latín vulgar, ha existido desde el origen del latín mismo, dado que las personas tenemos la costumbre de modificar las palabras a nuestro antojo, ya sea porque se nos dificulte la pronunciación de una palabra o porque no nos gusta la palabra misma. En épocas de Plauto, en el siglo III a. C., ya había una serie de deformaciones en las palabras del latín, es decir, ya había un latín vulgar. En el primer siglo del imperio los vulgarismos tuvieron un amplio crecimiento, incluso los hay bastantes documentados en la escritura, demostrando su amplio uso.


Lengua culta, lengua vulgar y lengua semiculta


Como en todos los tiempos, en esta época, existieron las clases altas, bajas y medias y con ello los distintos tipos de lenguaje; entendemos por lenguaje culto aquel que usaba al latín en sus formas más correctas y hasta cierto punto sintéticas, ya que era una minoría quien lo hablaba; el lenguaje vulgar recaía en el otro extremo de la balanza en toda la extensión de la palabra: no era correcto, según lo que se dictaminaba, era más natural y además era hablado por la gran mayoría de las personas; por último se encuentra la lengua semiculta, de esta se podría decir que era una mezcla entre ambos lenguajes, dado que no era culta ni vulgar en exceso.

Existen claros ejemplos de las tres clasificaciones: monasterio y ministerio son “cultismos” porque son adaptaciones del vocabulario latino-eclesiástico; por otro lado, menester y mester son “vulgarismos”, que descienden de la palabra ministerum por que se fueron deformando con el tiempo; Las palabras que no se deformaron tanto para ser vulgarismos y que se parecen bastante a los cultismos se denominan “semicultismos” y “semivulgarismos”, un claro ejemplo de esto es la palabra iglesia, que quedo muy cerca del latín ecclesia y pudo deformarse como egrija o ilesia.

 

IV.             LA ESPAÑA VISIGÓTICA

 

En el año de 410 la capital romana fue invadida por el rey visigodo Alarico, tras varias batallas que se habían estado dando desde tiempo antes a esta fecha. Aunque adoptaron el cristianismo y tuvieron una biblia en el idioma gótico, los visigodos se mantenían al margen para casarse con los hispanorromanos, puesto que se creían una raza aparte.

Dada la invasión de los godos, el latín se vio influenciado por los mismos, aunque –curiosamente– las palabras de origen germánico tienen una tendencia a ser de características de la guerra y aunque en latín existían palabras para denominar esos hechos, las palabras germánicas predominaron por encima de estas. La misma palabra godo paso a significar “altanero”. Algunas de las palabras germánicas son: guerra, riqueza, robar, estampar, bandido, albergue, espía, yelmo.

 

V.                LA ESPAÑA ÁRABE

 

En la batalla de Guadalete en el año de 711 fue derrotado el último rey godo, el rey Rodrigo. Y así como cayó Hispania, se levantó la cultura Islámica y Mahoma (570 – 632) que era llamado “el Profeta”; esto es de carácter impresionante, puesto que cuando los musulmanes conquistaron el reino visigodo llevaban apenas 89 años de existir. Muchísimas palabras que se usan hoy en día en el español y demás lenguas romances son de descendencia árabe, más que nada porque los árabes enseñaron en Europa el álgebra y la química. Así pues, palabras como baharí, borní, alferraz y sacre son árabes. El enorme léxico español que tiene como origen el árabe procede especialmente a la época de expansión en las ciudades cristianas: Zaragoza, Toldo, Mérida, Córdoba, Sevilla y otras más.

 

Muladíes, mozárabes, mudéjares


Existieron dos puntos de vista ante la labra muladí: Para los cristianos era una palabra de mal gusto, pues describía a los musulmanes que entraron al cristianismo; sin embargo, para los árabes era una palabra generosa, ya que esta significaba adoptado. Por el contrario, la palabra mozárabe significa “arabizado” y describía a las personas cristianas que se arabizaron en diferentes grados, así mismo eran cristianos que vivían en las tierras de los moros, mientras que los mudéjares eran todo lo contrario: moros viviendo en tierras que iban siendo reconquistadas por los reyes cristianos. De hecho, la palabra mudéjar significa “aquel a quien le han permitido quedarse.

 

Los arabismos del español


La inmensa cantidad de palabras árabes en el español demuestra convincentemente los siglos que los árabes convivieron con los hispanorromanos y existen diferentes clasificaciones –por llamarlas así– de arabismos:

Golosinas: almíbar, alcorza, alajú, alfajor, alfeñique.

Matemáticas: cero, cifra, algoritmo, guarismo.

Ajedrez: (incluida la palabra y el juego mismo) alfiles, jaques, mates.

Ciencia: cenit, nadir, acimut, alquimia, redomas, alambiques, alquitaras.

Jardinería y horticultura: arrayán, adelfa, alerce, acebuche, alhucema, albahaca, alhelí, azahar, jazmín, azucena, amapola, arriate, albaricoque, sandía, limón, naranja, toronja, etc.

Agricultura: alquería, almunia, almáciga, cahiz, fanega, aljibe, noria, zanja, azud, alberca, alfalfa, algodón, azúcar, ajonjolí, acelga, berenjena, zanahoria, alcachofa, etc.

Economía y comercio: almacén, alhóndiga, alcancía, quilate.

Arquitectura y mobiliario: albañil adobe, azulejo, tabique, alcoba, alféizar, alcantarilla, azotea, zaguán, almohada, alfombra.

Vestimenta y lujo: tunecí, bocací, albornoz, gabán, almizcle, talco, alcohol, arracada, alhajas.

Música y regocijo: tambor, alborozo, algazara, albórbola.

Arte militar: atalaya, alarde, almirante, adarga.


La lengua de los mozárabes


En un principio, los escritores hispanoárabes comienzan a escribir en latín y después de un tiempo en árabe pero con muchas voces romances, algunas de estas voces que encabalgaron con los arabismos. Un ejemplo de esto es la palabra alcandor que significa “aceite para limpiar la cara”, que desciende de la palabra latina candor que significa “blancura”.

 
VI.             EL NACIMIENTO DEL CASTELLANO

 

Los reinos cristianos del norte


Los descendientes del rey visigodo Rodrigo fueron testigos de la arabización de la Hispania y lentamente fueron quitándoles el poder a los árabes en un arranque de furia y descontento.

Un ejemplo de lo anterior es la primer batalla ganada ante los moros fue la batalla de Covadonga al este de Oviedo en 722 por Pelayo; su yerno Alfonso aprovechó unos problemas de los árabes para luchar en la cuenca del Duero y la del alto Ebro, acabando con los enemigos y llevándose a los cristianos que estaban arabizados.


El reino de Castilla


En tiempos de los visigodos la palabra Castilla no significaba “Castillo”, sino “pequeño campamento”. Es decir que Castilla era usada como un campamento. Tras la muerte del último de los condes en 1029, Castilla recayó en Sancho el Mayor de Navarra, quien se la dejó de herencia a su hijo Fernando y dejando también Navarra a su otro hijo García. En 1037, Fernando derrotó al rey de León y pasó a ser rey de Castilla y de León. Sin embargo la adhesión de Castilla y León no fue definitiva sino hasta el año 1230 puesto que Fernando dejo Castilla al hijo mayor y León al segundo. Así pues, se mantuvo una lucha bélica durante años entre Castilla y León.


Advertencias sobre pronunciación


En esos tiempos existieron diferentes sonidos que en la actualidad no son usados y para evitar confusiones con ellos, haremos una breve explicación de los mismos:

h: La actual h es muda, pero anterior mente se usaba con el sonido de la j.

x: esta letra se pronunciaba como sh, igual que la x de muchos indigenismos mexicanos.

g (ante e, i) y j: estas letras, ambas, se pronunciaban como d.

Ç (y también c ante e, i): se pronunciaban como ts.

z: la pronunciación de azada, por ejemplo era “adsada”.

s y ss: existieron dos sonidos la s de oso era zumbante y la ss de osso era silbante.

ll: Ocasionalmente era usada como la y, pero es mejor leerla como la elle “española”.

v: existen dos sonidos de la v, ya e es una variante de la b. Esta el sonido de la b oclusiva (con los labios cerrados) y la b fricativa (con los labios semiabiertos).


La “cuña” castellana


El castellano era un dialecto que era hablado en un “pequeño rincón”. Así mismo existieron diferentes formas dialectales, puesto que los catalanes decían cosas de manera distinta que los asturianos por ejemplo. Contrariamente, en la mayoría de los lugares se pronunciaba ferir, excepto en Cantabria, donde se pronunciaba herir. Metafóricamente, el castellano fue como una cuña que fue abriendo la madera lingüística.


Las “glosas” de San Millán y de Silos


Una glosa es una anotación de un texto a los márgenes del mismo para explicar lo que dice esto puesto que el texto puede estar en un lenguaje demasiado rebuscado. En la edad media se practicó bastante el uso de las glosas, muchos de los textos antiguos se conservan con sus glosas, aunque el tiempo del texto al tiempo de la glosa no suele ser el mismo, se caracteriza por tener cierta cantidad de años de diferencia. Las glosas se escribían generalmente en la lengua del pasaje glosado, pero se han encontrado glosas en árabe de textos latinos, de los cuales se puede deducir que los interesados en entender los pasajes eran los mozárabes bilingües. Existieron glosas principalmente en el monasterio de San Millán y el de Santo Domingo de Silos. Las glosas de Silos se llaman “glosas silenses” y las de San millán “glosas emilianenses”.


El camino francés


Tras ser encontrado el sepulcro de Santiago en el siglo IX, la ciudad de Compostela se convirtió en un lugar de peregrinación al que acudían muchas personas de Europa occidental. Este sepulcro llegó a ser tan famoso que por mucho tiempo rivalizó con el de Cristo. España al ser invadida por el islam quedó aislada, pero fue reincorporada por las peregrinaciones al sepulcro de Santiago, especialmente por los franceses. Además del ámbito religioso, los franceses influyeron mucho en la vida de España: se comenzaron a construir iglesias de estilo romano, se abandonó la letra visigótica y se adoptó la gótica francesa; a menudo, los franceses que se mudaban a España formaban colonias a lo largo del camino de Santiago. Lingüísticamente, entraron a España gran cantidad de extranjerismos nuevos, pero a diferencia de los extranjerismos germánicos, estos son mucho más variados: monje, hereje, linaje, mensaje, coraje, duque, viaje, hostal, mesón, jamón, vinagre, manjar, doncella, etc.

 

 

VII.          LA CONSOLIDACIÓN DEL CASTELLANO

 

El mester de juglaría


La literatura castellana comienza con el Cantar de mio Cid, el cual refleja las luchas contra aragoneses, leoneses y almorávides. Los versos del Cantar muestran el estado lingüístico de la época y el ideal poético, además de que ya están escritos en español. La forma de los cantares juglarescos de España se debe mucho a las chansons francesas y tiene tres aspectos principales:

1)      El verso es irregular y dividido en dos partes asimétricas.

2)      Tiene “tiradas” de casi doscientos versos, otras de más cien y algunas solo tienen tres o cuatro.

3)      Los versos no riman de manera natural, si no artificial, usando voces arcaicas para sus tiempos.


El mester de clerecía


A partir del año 1230 aproximadamente, aparece el mester de clerecía, el cual se contrapone al mester de juglaría, este es el arte de hombres que tienen trato con los libros, es decir, las personas cultas. Cuando los poemas del mester de clerecía eran leídos (ante pocos lectores, por cierto), estos “rellenaban” un tanto la carencia de cultura entre el pueblo. Mientras Europa tenía un florecimiento literario, llegando a la cúspide en el siglo XII, España fue ajena a esto, puesto que carecía de literatura escrita.


La obra de Alfonso el Sabio


Alfonso el sabio fue hijo y sucesor de Fernando III, quien unió definitivamente a León y Castilla. Alfonso no fue un gran guerrero, pero por el contrario contribuyó a la cultura: se rodeó de un grupo de colaboradores de todo tipo (moros, cristianos, judíos, franceses e italianos) y así escribió la General estoria y fue también creador de la prosa española. El taller del rey Alfonso tuvo grandes proyectos, entre los que destacan Siete partidas (código de derecho civil) y Cantigas de Santa María (colección de poemas religiosos). Sin embargo su proyecto más ambicioso fue la ya mencionada General estoria que tuvo diversas fuentes para su creación.


La literatura de los siglos XIV y XV


Al morir Alfonso el sabio su hijo y su sobrino se encargaron de continuar la tradición impuesta por él. Y otros más aparecieron, como Juan Fernández de Heredia (1310 – 1396), quien tuvo rango militar y que al final de su vida se dedicó a la literatura.

Se cree que uno de los inventores del verso mayor fue Francisco Imperial, genovés establecido en Sevilla y autor de un raro poema alegórico: Dezir de las siete virtudes. Hubo entonces, un lenguaje nutrido y vario del lenguaje lírico. Los temas, las técnicas, los ideales y la retórica de la poesía castellana del siglo XV se llaman “cancioneriles”. Don Enrique de Villena (1384 – 1434) fue un personaje aragonés que fue sospechoso de brujería por su alto interés en la ciencia y su curiosidad intelectual. Fue traductor de obras como la Divina Comedia y la Eneida. Pero pese a ser un gran literato, no es comparable con sus contemporáneos de Italia.

Sin embargo, el retraso que Castilla presenta en comparación con Italia también le dejó cosas buenas, como los libros de caballerías que surgieron en esos tiempos. Y es de esta manera que para el siglo XV es prácticamente imposible hacer un recuento de la literatura de la época, puesto que la misma se enriqueció y diversificó a tal grado que la sola mención de los autores activos del periodo y sus obras, llenaría páginas y páginas.


La lengua en los siglos XIII, XIV y XV


A diferencia del inglés o el francés medieval, el español medieval es casi comprensible por los hispanohablantes modernos, lo cual nos da una gran ventaja y así no es necesario ser un estudioso del tema para poder leer un libro de ese tiempo. Además, a partir de Alfonso X, al ir creciendo la cantidad de textos, se va estandarizando una escritura común, que aunque no fue instantánea su fijeza, cumplió con su propósito.

 

La lengua de Alfonso X maneja un castellano de Burgos, pero hay en él préstamos de los usos de León y de Toledo. Mucho de lo que se escribe en las obras de Alfonso solo se había escrito en lenguas cultas como el árabe y el latín, por lo cual hace uso de cultismos que siempre explica para evitar confusiones y al mismo tiempo hace un reflejo de la nueva cultura que se iba adquiriendo.

 

Ante el uso de cultismos destaca el poeta Juan de Mena, quien fue el más popular de sus tiempos. Para muchas personas de la actualidad, Juan de Mena hizo quizás un uso excesivo de cultismos, pero cabe señalar que al estar entre el gusto de las personas en general se descubre otro punto interesante: las personas contemporáneas a Juan de Mena disfrutaban de este tipo de lenguaje escrito, aunque no lo usaran cotidianamente. Por otro lado, las corrientes cultas y populares se juntaron, formando un castellano derecho, es decir equilibrado.

 
VIII.        EL APOGEO DEL CASTELLANO (Primera Parte)


El marco político


Tras diez años de matrimonio, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, decidieron en 1479 unir sus reinos, de manera que sus sucesores fueran llamados reyes de Castilla, León y Aragón. Cuando murió la reina Isabel en 1504, el único descendiente de los reyes católicos era la princesa Juana, pero ella había dado muestras de locura en 1503 y por lo tanto al morir su marido Felipe prematuramente en 1506 quedo incapacitada para el cargo. El cardenal arzobispo de Toledo, fray Francisco Jiménez de Cisneros quedó a cargo de Castilla y a la muerte de de Fernando el Católico en 1516, el cardenal se ocupó de todo el reino en nombre de Carlo, hijo de Juana y de Felipe. Carlos heredó grandes porciones de tierra, más las que fue conquistando y las que se estaban descubriendo en el nuevo mundo.

 

Igual que España, Portugal también estaba formando un imperio colonial, apoderándose de tierras en África, Asia y América. En América tuvo conflictos con España, que fueron resueltos por arbitraje del papa. Los portugueses empezaron a capturar africanos en gran escala y los españoles a comprarlos para usarlos como esclavos. Hubo un periodo, de 1580 a 1640, en el que Portugal pasó a ser parte del imperio español. Con el paso de los años, los monarcas españoles fueron en decadencia cada vez más notoria, puesto que se hicieron malos gobernantes y muy dados al lujo.


La literatura


Los años de oro para la literatura van de 1580 a 1640, es decir, coinciden con la época en la que Portugal perteneció a España. Son estos años los de Cervantes, Góngora, Lope de Vega y Quevedo. Hay libros de este periodo que nos dan casi gráficamente el panorama de la lengua hablada en la realidad que se estaba viviendo, aunque también hay libros de lenguaje complejo, sin embargo todos son importantes para la historia de nuestra lengua, dado que aún hoy en día puede encontrarse la mayoría de esos escritos en prácticamente cualquier librería.

 

El teatro


Sin duda alguna, el máximo representante del teatro fue Lope de vega; fue llamado por Cervantes “monstruo de la naturaleza” ante su ingenio para la creación literaria, puesto que escribió en todos los géneros de su época. Sus contemporáneos decían un par de dichos: “Si es de Lope es bueno” y “Creo en Lope todopoderoso, poeta del cielo y de la tierra”. Todos los escritores de teatro posteriores a Lope fueron imitadores de el, pero su gran sucesor fue Pedro Calderón de la Barca.

 

La poesía


En los primeros años la poesía no tuvo nada nuevo, quedándose en los villancicos; sin embargo, a la mitad de ese mismo siglo, emerge una revolución poética, producto de la pregunta del embajador italiano Andrea Navarro a Boscán el “por qué” de la carencia de versos como los de Italia en España. Aunque Boscán fue el iniciador de esta revolución, fue Garcilaso de la Vega quien hizo predominarla entre el gusto de los lectores y los nuevos poetas. A esto le siguió la nueva generación de poetas: Alonso de Ercilla, fray Luis de León, Francisco de Aldana, Fernando de Herrera, Francisco de la Torre, Baltasar de Alcázar.

En tiempos de Felipe II el octosílabo estuvo en decadencia puesto que cualquier persona hacía uso de ella y generalmente era un mal uso, puesto que daba lo mismo Ovidio que Tito Livio. El mejor momento de la poesía en los siglos de oro fue a la mitad del siglo XVII con varios poetas como: Luis de Góngora, los hermanos Argensola (Lupercio Leonardo y Bartolomé Leonardo), Lope de Vega, Alonso de Ledesma, Bernardo de Balbuena, Francisco de Quevedo, el conde de Villamediana, Esteban Manuel de Villegas.

Ya la segunda mitad del siglo XVII no es tan rica como la primera, sin embargo es en este lugar donde se posiciona Sor Juana Inés de la Cruz, quien sin duda es la máxima exponente de la época y que logró levantarse sobre todos siendo mujer. Su poesía de estilo barroco es particularmente bellísima y es el perfecto final de la poesía que comenzó con Boscán y Garcilaso.


La novela


Desafortunadamente a finales del siglo XVII la novela no tuvo una vasta proliferación como la tuvo a principios del siglo XVI, cuando las novelas caballerescas tuvieron su apogeo en todo su esplendor. Pero cuando estas comenzaron a decaer fue el inicio de la aparición de novelas totalmente distintas: el Lazarillo de Tormes, la Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa y la Diana.

 

Pero ninguno de estos libros puede compararse con el Quijote de la Mancha, libro decisivo en la historia de la lengua española. La idea de Cervantes era hablar de lo que opinaba y sentía de la vida, del mundo de su tiempo, pero fueron muy pocas –contadas– las personas que entendieron correctamente el mensaje. Quizá es por esta razón que Cervantes murió en la pobreza en el año de 1605.

 


La “prosa varia”


La “prosa varia” es realmente difícil de contar con orden, puesto que se trata de toda la prosa “no novelesca”: manuales, tratados científicos y filosóficos, por mencionar algunos. Entre algunos de estos escritos están Marco Aurelio, Silva de varia lección, Menosprecio de corte, entre otras.

 

Dentro de la “prosa varia” existen dos ramas de gran importancia:

 

a)      Historiografía: a comienzos del siglo XVI hay dos historiadores importantes que escriben en latín, Pedro Mártir de Angleria y Lucio Marineo Sículo. Después aparecen Fray Bartolomé de las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo, además de Francisco López de Gómara, quien escribió en español y para los españoles.

Entre las obras clásicas de fines del siglo XVI y principios del XVII se encuentran bastantes obras maestras, algunas de ellas son: Historia natural y moral de las Indias del P. José de Acosta, Historias de fray Prudencio de Sandoval y Luis Cabrera de Córdoba, Historia del P. Juan de Mariana y la Historia de la conquista de México (1685) de Antonio de Solís.

 

b)      Literatura religiosa: la mayoría de estos textos se desconocen en la actualidad por varias razones, entre las que destacan lo poco atractivo del texto mismo, aunque se sabe que fueron de suma importancia en sus tiempos. Las principales figuras de esta literatura son Santa Teresa y San Juan de la Cruz, aunque hubo otros más como Alonso de Madrid, Francisco de Osuna, Bernardino de Laredo y Diego de Estella, Luis de Granada, Pedro Malón e Chaide y Hortensio Félix Paravincino.

 

 

Esta división de la “prosa varia”, como la división de los cuatro grupos (teatro, poesía, novela y “posa varia”) es demasiado apretada, puesto que varios escritores se dedicaron lo mismo al teatro que a la novela, otros eran poetas solamente, había quienes escribieron de todo un poco, etc. El auge de los años dorados de la literatura española se debió a la inmensa expansión del imperio español, pero el hablar de “literatura imperial” no significa que los escritores hayan sido fieles a la política del imperio.

 
IX.             EL APOGEO DEL CASTELLANO (Segunda Parte)

 

La atención al idioma


Aunque existió un auge increíble en la literatura española en los siglos de oro, existieron muy pocas gramáticas del español, la primera fue escrita por Antonio de Nebrija en 1492. Contrario a esto, las gramáticas que abundan son las del lenguaje poético, que son realmente bastantes. También se crearon algunos diccionarios de español–latín y latín–español, pero fue hasta 1611 cuando Sebastián de Covarrubias Orozco creo el primer diccionario en forma, titulado Tesoro de la lengua castellana o española. Otro tipo de diccionarios, fueron los diccionarios de refranes, los cuales también abundaron.

 

Moros y moriscos


En el año de 1492 salió de Granada el último rey moro hacia el desierto de África, con su familia y su séquito. Desde mucho tiempo antes a esto, los españoles desarrollaron cierto desagrado ante los moros que vivían entre cristianos, a los cuales comenzaron a llamar moriscos, por causas políticas y religiosas; fue tanto el repudio que generaron los moriscos hacia los cristianos que en entre los años de 1609 y 1614 desterraron a más de 300 000. No es sino hasta tiempos muy cercanos a los nuestros que se comenzó a analizar la literatura árabe que se encuentra en España y fuera de esta, escrita tras el destierro.


Judíos y sefardíes


Un siglo antes de la expulsión de los árabes, en el año de 1492 se expulsaron a los judíos de España, y aunque algunos se quedaron y se convirtieron en cristianos, fueron cruelmente discriminados toda su vida por el solo hecho de ser judíos. Los sefardíes (llamados así porque el nombre hebrero de España era Sefarad) fueron recibidos en Portugal, Marruecos y Turquía, pero en 1497 en Portugal se decretó “o bautismo o expulsión”, haciendo esto bastante cruel puesto que no podían llevarse a sus hijos pequeños, de esta forma hubo bastantes “conversiones”.


El nuevo mundo


Fue precisamente en el mismo año de 1492 cuando se encontró el “nuevo mundo”, el cual trató de ser evangelizado por los frailes de varias órdenes; el trabajo de evangelización fue de la mano con el aprendizaje del español, pero pese a los intentos y el empeño que se tomó en esta “castellanización” fueron parciales los resultados porque en América, especialmente en México existían cientos de lenguas diferentes y así se volvió una ardua tarea convertir a los indios al cristianismo y enseñarles español.


Humanismo y antihumanismo


En esta época, en las indias (tierras americanas pertenecientes a España), se desarrolló una controversia inverosímil, por un lado estaban frailes como Vasco de Quiroga que trataba de llevar a cabo la Utopía escrita por el inglés Tomás moro y por otro, el trato de los indios como si se trataran de animales.


España y Europa


Europa tenía una concepción contradictoria de España, puesto que por un lado la engrandecían al decir que si algo era bueno “era por vía de España”, pero por otro lado, se mofaban de lo orgullosos y arrogantes que podían llegar a ser los Españoles, que entre más alto estaban, más arriba de la montaña querían estar.

 

X.                EL APOGEO DEL CASTELLANO (Tercera parte)

 

Confianza en la lengua vulgar


Aunque los escritores de la antigua Hispania, vanagloriaban el latín clásico y repudiaban el latín vulgar, fue el latín vulgar el que tuvo siempre mayor difusión, y fue por esta razón que el Brocense y Pedro Simón Abril fueron los primeros europeos que pidieron que las clases de filosofía, derecho y medicina se impartieran en el idioma de la gente y no en latín. Dante también apoyo este apogeo del latín vulgar, escribiendo su Divina Comedia en latín vulgar. De esta forma, fue que el latín vulgar fue ganando terreno y confianza entre las multitudes, dándole mayor prestigio.


“El lenguaje puro y propio”


A lo largo de la historia hubo varias disputas sobre cuál dialecto castellano era el más correcto, si el de Toledo o el de Andalucía, el de Castilla o León, etc., hubo quienes apoyaron a ciertos dialectos y otros más que no consideraban que fueran buenos esos mismos dialectos. Hubo algunos poetas y escritores que hicieron sus trabajos en dialectos ajenos para ellos, llamándoles la atención esto a sus lectores.


Cambios en la pronunciación, en el vocabulario y en la gramática


Lógicamente, por los regionalismos de cada lugar, hubo tres ámbitos en constante cambio: la pronunciación, el vocabulario y la gramática. Este fenómeno es muy peculiar en cada rincón del planeta, dado que de una región a otra hay distintas palabras para un mismo objeto, lo que ocasiona cierta confusión esporádica, lo mismo sucede con la pronunciación, que es más notable y característica cuando hablan dos personas, una de la costa y otra de una ciudad industrial, por ejemplo. Y la que no podía faltar es la gramática, al estar sumamente emparentada con las formas de hablar de cada persona.

 

XI.             EL ESPAÑOL MODERNO

 

La academia y la literatura


Sería literal decir que la real academia española ha estado peleada por siempre con el habla cotidiana, puesto que nunca ha logrado que los americanos digan “vuestro” como en España, sin embargo, ha sido desde su primera edición (1741) la ley sobre las palabras que se pueden decir, así mismo es la que dice cómo se deben escribir. Se han dado casos en los que por años la academia no acepta una palabra como legítima y tras mucho tiempo de ser usada por las personas, la misma es aceptada por la academia.


La lengua, hoy


La realidad de nuestra lengua española es que cada día se modifica más y más en cada lugar donde es hablada, pero a la vez, mantiene sus bases, logrando así que un cubano, un mexicano y un toledano se entiendan perfectamente aunque eventualmente tengan que preguntar que significa tal o cual palabra. Una de las características más comunes de la lengua española en la actualidad, es que las palabras que suelen decirse que son malas palabras, en otros lugares no lo son, por que carecen del significado peyorativo, logrando así que las personas tengan mucho cuidado en lo que dicen en cada lugar.

 

CONCLUSIONES

 

Tras el exhaustivo trabajo que se ha llevado a cabo, se puede concluir resumidamente que la evolución de la lengua española –como la de todas las lenguas– se vio enriquecida por todos los acontecimientos históricos ocurridos en el transcurso de la existencia del español, desde sus orígenes y raíces mismas. Es notable también, como la influencia de otras culturas creó mestizajes de todo tipo, no solo lingüísticos, y aunque la mayoría de las veces hubo choques culturales y peleas por demostrar quién o quiénes eran los mejores en todos los ámbitos, es palpable la necesidad de estos belicosos encuentros, que en esencia destruyen, pero que siempre tienen un pequeño rayito de luz que ilumina todo.

 

Es pertinente mencionar en este apartado que se han cumplido con los objetivos que pretendía el presente trabajo, dado que se ha hecho un análisis estructurado de todos los cambios a los que ha sobrevivido la lengua española, demostrando una vez más que no hay mejor o peor lengua, si no todo un mundo lingüístico para descubrir y asombrarse con él.


BIBLIOGRAFÍA


Alatorre, Antonio (1989). Los 1001 años de la lengua española. FCE [1979].

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