En ésta entrada haré un resumen completo
y detallado del libro Los 1001 años de la
lengua española de Antonio Alatorre. Se trata de un trabajo que elaboré
hace algunos años para la universidad y que ahora he revisado y corregido
exhaustivamente. En este texto encontrarás cómo nació el español a partir de la
familia indoeuropea, siendo su origen el latín vulgar. Hablaré de las glosas de
Milán, de la literatura del siglo de oro, la cuña castellana, el mester de
juglaría y el mester de clerecía. También entraré en materia sobre la
literatura de los siglos XIV y XV, el apogeo del castellano con especial interés
en la novela, la poesía, el teatro, la prosa y lo que pasó con los moros, los
judíos y los sefardís en la época. Hablaré sobre los cambios en la
pronunciación y en el vocabulario y, finalmente, sobre el español moderno. Si
te interesa algo de lo anterior, quédate y lee hasta el final.
INTRODUCCIÓN
Desde el origen de la vida misma, el ser humano ha tenido la necesidad de la comunicación y para ello usó desde el principio el lenguaje, el cual fue evolucionando con el paso del tiempo, tal cual el hombre mismo. Esta evolución, como todas las existentes, fue inconsciente al principio y conforme se fue consolidando la humanidad se fue tomando conciencia de ella y así mismo el individuo se fue haciendo varias preguntas, tales como: “¿de dónde viene el habla? ¿Por qué hay tantos idiomas? ¿Qué es el lenguaje en comparación con el habla? ¿Y que hay de la comunicación?”
Fue a base de estas cuestiones que las personas en general fueron razonando sobre sus orígenes en sus múltiples aspectos: la química, la física, la mecánica y –por supuesto – el lenguaje. Poco a poco se fueron desentrañando los misterios del lenguaje, formando una nueva ciencia llamada lingüística.
En el presente trabajo
se pretende realizar un estudio del lenguaje, enfocándonos en concreto al español,
que es parte de la familia de lenguas más grande del mundo: la indoeuropea. Así
mismo, se hará un recuento detallado del avance que fue teniendo el español a
lo largo del tiempo y de las variaciones que tuvo por varios motivos, de tal
forma que se enriqueció y modificó hasta la actualidad.
LOS 1001 AÑOS DE LA LENGUA ESPAÑOLA
I.
LA
FAMILIA INDOEUROPEA
Dentro de la lingüística se pueden
estudiar diferentes familias, tales como la afroasiática o la chinotibetana,
pero sin duda alguna la familia de mayor extensión geográfica es la
indoeuropea, así como sus descendientes son las lenguas más habladas a nivel
internacional. Las ramas finales de la familia indoeuropea son alrededor
setenta o más, algunas siguen en uso, otras más están extintas. Al estar emparentados
varios idiomas con otros, se dan una serie de palabras que se escriben casi igual y significan lo mismo en
diferentes lenguas, por obvias razones.
II.
LENGUAS
IBÉRICAS PRERROMANAS
Antes de que los romanos conquistaran
Hispania, habitaban en el lugar distintos pueblos prerromanos, los cuales a su
vez tenían sus propias lenguas (denominadas lenguas ibéricas prerromanas).
Estos pueblos estaban ubicados a lo largo y ancho de la Hispania y eran tan
variados que hoy en día es difícil ubicarlos, sin embargo, existió un griego
llamado Estrabón que realizó un mapa donde se trata de clarificar donde estaba cada pueblo.
Desafortunadamente su cartografía no es confiable porque él mismo dice que “no
quiere llenar la página de nombres impronunciables” y además, la mayoría de
estos pueblos no tenían escritura ni dejaron vestigios sobre si mismos.
Por el contrario, hubo
tres pueblos prerromanos de importancia: el celta, el griego y el vasco.
Celta:
este pueblo es realmente famoso por todas las huellas que dejaron a su paso y
que aún hoy en día vive, especialmente en el lenguaje. Existen nombres célticos
de lugares muy variados como lo son Brácara (la actual braga), Segovia
(Segovia) y Clunia (Coruña). Derivados del celta están el irlandés y el
escocés, por mencionar algunos.
Griego:
fue una lengua hablada especialmente en los puertos y en las fabricas. La
cultura griega influyó mucho en el arte en general en la península y en la
actualidad las voces derivadas del griego son bastantes en varios idiomas.
Vasco:
es una lengua que actualmente sigue siendo hablada, puesto que esta fue la
única lengua que no fue opacada y eliminada por el latín. Los estudiosos del
tema no saben realmente de dónde
llegaron los vascos, pudo haber sido de África o desde el Cáucaso. Lo cierto es
que a la fecha los vascos llaman mucho la atención por la permanencia de su
lengua pese al tiempo que ha pasado y por los latinismos e iberismos que
seguramente tiene.
III.
LA
LENGUA DE LOS ROMANOS
Con la conquista de Hispania se inicia
la expansión del poder romano fuera la península itálica y con ello las
religiones paganas fueron sustituidas por la religión cristiana, siendo el
imperio romano la base del cristianismo. De la misma forma, el latín se sobrepuso
ante todas las lenguas (excepto el vasco, como ya se mencionó). Curiosamente, a
los romanos siempre les encanto el griego, a tal grado que incluso les sentó
bastante bien que Plutarco, escritor griego comparara griegos ilustres con
romanos ilustres: Julio César era un Alejandro y Cicerón un segundo Demóstenes.
La Hispania romana
Julio César, al ser emperador de Roma
pagó con recursos de Hispania la campaña que llevó a cabo contra Pompeyo y
además tuvo suficiente para regresar a roma con una inmensa fortuna. También en
Hispania nacieron Trajano y Adriano, sucesores de Augusto. Por otra parte, hubo
un periodo de bilingüismo en la antigua Hispania para llegar a acuerdos con los
romanos, principalmente, haciendo que las lenguas indígenas se hablaran sólo en
el seno familiar y por último murieron del todo.
Latín hablado y latín escrito
Aunque a veces el lenguaje literario y
el lenguaje hablado son casi iguales se nutren el uno al otro generalmente el
lenguaje literario suele ser más rebuscado, una sección del lenguaje oral como
si se tratara de otro totalmente distinto y la mayoría de las veces así es. Un
claro ejemplo de esto son las poesías, dado que el leer a algún poeta de
cualquier época y de cualquier lugar no da una idea clara y estable de cómo era
el lenguaje en ese tiempo y lugar determinado.
En particular, la
literatura latina estuvo peleada con
el habla de la gente, además de que el latín hablado tomó muchas voces del
griego. Es por ésta razón que nuestro idioma, el español –al igual que todas
las lenguas romances–, se tomaron del latín que hablaba el pueblo y no los
altos funcionarios, quienes estaban muy apegados al latín literario. De esta
forma se clasificó en latín en dos ramas: el latín vulgar y el latín culto.
El latín vulgar
Se podría decir que el latín vulgar, ha
existido desde el origen del latín mismo, dado que las personas tenemos la
costumbre de modificar las palabras a nuestro antojo, ya sea porque se nos
dificulte la pronunciación de una palabra o porque no nos gusta la palabra
misma. En épocas de Plauto, en el siglo III a. C., ya había una serie de
deformaciones en las palabras del latín, es decir, ya había un latín vulgar. En
el primer siglo del imperio los vulgarismos tuvieron un amplio crecimiento,
incluso los hay bastantes documentados en la escritura, demostrando su amplio
uso.
Lengua culta, lengua vulgar y lengua semiculta
Como en todos los tiempos, en esta
época, existieron las clases altas, bajas y medias y con ello los distintos
tipos de lenguaje; entendemos por lenguaje culto aquel que usaba al latín en
sus formas más correctas y hasta
cierto punto sintéticas, ya que era una minoría quien lo hablaba; el lenguaje
vulgar recaía en el otro extremo de la balanza en toda la extensión de la
palabra: no era correcto, según lo que se dictaminaba, era más natural y además era hablado por la gran
mayoría de las personas; por último se encuentra la lengua semiculta, de esta
se podría decir que era una mezcla entre ambos lenguajes, dado que no era culta
ni vulgar en exceso.
Existen claros ejemplos
de las tres clasificaciones: monasterio
y ministerio son “cultismos” porque
son adaptaciones del vocabulario latino-eclesiástico; por otro lado, menester y mester son “vulgarismos”, que descienden de la palabra ministerum por que se fueron deformando
con el tiempo; Las palabras que no se deformaron tanto para ser vulgarismos y
que se parecen bastante a los cultismos se denominan “semicultismos” y
“semivulgarismos”, un claro ejemplo de esto es la palabra iglesia, que quedo muy cerca del latín ecclesia y pudo deformarse como egrija
o ilesia.
IV.
LA
ESPAÑA VISIGÓTICA
En el año de 410 la capital romana fue
invadida por el rey visigodo Alarico, tras varias batallas que se habían estado
dando desde tiempo antes a esta fecha. Aunque adoptaron el cristianismo y
tuvieron una biblia en el idioma gótico, los visigodos se mantenían al margen
para casarse con los hispanorromanos, puesto que se creían una raza aparte.
Dada la invasión de los
godos, el latín se vio influenciado por los mismos, aunque –curiosamente– las
palabras de origen germánico tienen una tendencia a ser de características de
la guerra y aunque en latín existían palabras para denominar esos hechos, las
palabras germánicas predominaron por encima de estas. La misma palabra godo paso a significar “altanero”.
Algunas de las palabras germánicas son: guerra, riqueza, robar, estampar,
bandido, albergue, espía, yelmo.
V.
LA
ESPAÑA ÁRABE
En la batalla de Guadalete en el año de
711 fue derrotado el último rey godo, el rey Rodrigo. Y así como cayó Hispania,
se levantó la cultura Islámica y Mahoma (570 – 632) que era llamado “el
Profeta”; esto es de carácter impresionante, puesto que cuando los musulmanes
conquistaron el reino visigodo llevaban apenas 89 años de existir. Muchísimas
palabras que se usan hoy en día en el español y demás lenguas romances son de
descendencia árabe, más que nada porque los árabes enseñaron en Europa el
álgebra y la química. Así pues, palabras como baharí, borní, alferraz y sacre son árabes. El enorme léxico español que tiene como origen el
árabe procede especialmente a la época de expansión en las ciudades cristianas:
Zaragoza, Toldo, Mérida, Córdoba, Sevilla y otras más.
Muladíes, mozárabes, mudéjares
Existieron dos puntos de vista ante la
labra muladí: Para los cristianos era
una palabra de mal gusto, pues describía a los musulmanes que entraron al
cristianismo; sin embargo, para los árabes era una palabra generosa, ya que
esta significaba adoptado. Por el contrario, la palabra mozárabe significa “arabizado” y describía a las personas
cristianas que se arabizaron en diferentes grados, así mismo eran cristianos
que vivían en las tierras de los moros, mientras que los mudéjares eran todo lo contrario: moros viviendo en tierras que
iban siendo reconquistadas por los reyes cristianos. De hecho, la palabra mudéjar significa “aquel a quien le han
permitido quedarse.
Los arabismos del español
La inmensa cantidad de palabras árabes
en el español demuestra convincentemente los siglos que los árabes convivieron
con los hispanorromanos y existen diferentes clasificaciones –por llamarlas así– de arabismos:
Golosinas: almíbar, alcorza, alajú,
alfajor, alfeñique.
Matemáticas: cero, cifra, algoritmo,
guarismo.
Ajedrez: (incluida la palabra y el juego
mismo) alfiles, jaques, mates.
Ciencia: cenit, nadir, acimut, alquimia,
redomas, alambiques, alquitaras.
Jardinería y horticultura: arrayán,
adelfa, alerce, acebuche, alhucema, albahaca, alhelí, azahar, jazmín, azucena,
amapola, arriate, albaricoque, sandía, limón, naranja, toronja, etc.
Agricultura: alquería, almunia,
almáciga, cahiz, fanega, aljibe, noria, zanja, azud, alberca, alfalfa, algodón,
azúcar, ajonjolí, acelga, berenjena, zanahoria, alcachofa, etc.
Economía y comercio: almacén, alhóndiga,
alcancía, quilate.
Arquitectura y mobiliario: albañil
adobe, azulejo, tabique, alcoba, alféizar, alcantarilla, azotea, zaguán,
almohada, alfombra.
Vestimenta y lujo: tunecí, bocací,
albornoz, gabán, almizcle, talco, alcohol, arracada, alhajas.
Música y regocijo: tambor, alborozo, algazara,
albórbola.
Arte militar: atalaya, alarde,
almirante, adarga.
La lengua de los mozárabes
En un principio, los escritores
hispanoárabes comienzan a escribir en latín y después de un tiempo en árabe
pero con muchas voces romances, algunas de estas voces que encabalgaron con los
arabismos. Un ejemplo de esto es la palabra alcandor
que significa “aceite para limpiar la cara”, que desciende de la palabra latina
candor que significa “blancura”.
VI.
EL
NACIMIENTO DEL CASTELLANO
Los reinos cristianos del norte
Los descendientes del rey visigodo
Rodrigo fueron testigos de la arabización de la Hispania y lentamente fueron
quitándoles el poder a los árabes en un arranque de furia y descontento.
Un ejemplo de lo anterior es la primer
batalla ganada ante los moros fue la batalla de Covadonga al este de Oviedo en
722 por Pelayo; su yerno Alfonso aprovechó unos problemas de los árabes para
luchar en la cuenca del Duero y la del alto Ebro, acabando con los enemigos y
llevándose a los cristianos que estaban arabizados.
El reino de Castilla
En tiempos de los visigodos la palabra Castilla no significaba “Castillo”, sino
“pequeño campamento”. Es decir que Castilla era usada como un campamento. Tras
la muerte del último de los condes en 1029, Castilla recayó en Sancho el Mayor
de Navarra, quien se la dejó de herencia a su hijo Fernando y dejando también
Navarra a su otro hijo García. En 1037, Fernando derrotó al rey de León y pasó
a ser rey de Castilla y de León. Sin
embargo la adhesión de Castilla y León no fue definitiva sino hasta el año 1230
puesto que Fernando dejo Castilla al hijo mayor y León al segundo. Así pues, se
mantuvo una lucha bélica durante años entre Castilla y León.
Advertencias sobre pronunciación
En esos tiempos existieron diferentes
sonidos que en la actualidad no son usados y para evitar confusiones con ellos,
haremos una breve explicación de los mismos:
h:
La actual h es muda, pero anterior
mente se usaba con el sonido de la j.
x:
esta letra se pronunciaba como sh,
igual que la x de muchos indigenismos
mexicanos.
g
(ante e, i) y j: estas letras, ambas,
se pronunciaban como d.
Ç (y también c ante e, i): se
pronunciaban como ts.
z: la pronunciación de azada, por ejemplo era “adsada”.
s
y ss: existieron dos sonidos la s de oso era zumbante y la ss de osso era silbante.
ll:
Ocasionalmente era usada como la y,
pero es mejor leerla como la elle
“española”.
v:
existen dos sonidos de la v, ya e es una variante de la b. Esta el sonido de la
b oclusiva (con los labios cerrados) y la b fricativa (con los labios
semiabiertos).
La “cuña” castellana
El castellano era un dialecto que era
hablado en un “pequeño rincón”. Así mismo existieron diferentes formas
dialectales, puesto que los catalanes decían cosas de manera distinta que los
asturianos por ejemplo. Contrariamente, en la mayoría de los lugares se
pronunciaba ferir, excepto en
Cantabria, donde se pronunciaba herir.
Metafóricamente, el castellano fue como una cuña que fue abriendo la madera
lingüística.
Las “glosas” de San Millán y de Silos
Una glosa es una anotación de un texto a
los márgenes del mismo para explicar lo que dice esto puesto que el texto puede
estar en un lenguaje demasiado rebuscado. En la edad media se practicó bastante
el uso de las glosas, muchos de los textos antiguos se conservan con sus
glosas, aunque el tiempo del texto al tiempo de la glosa no suele ser el mismo,
se caracteriza por tener cierta cantidad de años de diferencia. Las glosas se
escribían generalmente en la lengua del pasaje glosado, pero se han encontrado
glosas en árabe de textos latinos, de los cuales se puede deducir que los
interesados en entender los pasajes eran los mozárabes bilingües. Existieron
glosas principalmente en el monasterio de San Millán y el de Santo Domingo de
Silos. Las glosas de Silos se llaman “glosas silenses” y las de San millán “glosas
emilianenses”.
El camino francés
Tras ser encontrado el sepulcro de
Santiago en el siglo IX, la ciudad de Compostela se convirtió en un lugar de
peregrinación al que acudían muchas personas de Europa occidental. Este
sepulcro llegó a ser tan famoso que por mucho tiempo rivalizó con el de Cristo.
España al ser invadida por el islam quedó aislada, pero fue reincorporada por
las peregrinaciones al sepulcro de Santiago, especialmente por los franceses.
Además del ámbito religioso, los franceses influyeron mucho en la vida de
España: se comenzaron a construir iglesias de estilo romano, se abandonó la
letra visigótica y se adoptó la gótica francesa; a menudo, los franceses que se
mudaban a España formaban colonias a lo largo del camino de Santiago. Lingüísticamente,
entraron a España gran cantidad de extranjerismos nuevos, pero a diferencia de los
extranjerismos germánicos, estos son mucho más variados: monje, hereje, linaje,
mensaje, coraje, duque, viaje, hostal, mesón, jamón, vinagre, manjar, doncella,
etc.
VII.
LA
CONSOLIDACIÓN DEL CASTELLANO
El mester de juglaría
La literatura castellana comienza con el
Cantar de mio Cid, el cual refleja las luchas contra aragoneses, leoneses y
almorávides. Los versos del Cantar muestran el estado lingüístico de la época y
el ideal poético, además de que ya están escritos en español. La forma de los
cantares juglarescos de España se debe mucho a las chansons francesas y tiene tres aspectos principales:
1)
El verso es irregular y dividido en dos
partes asimétricas.
2)
Tiene “tiradas” de casi doscientos
versos, otras de más cien y algunas solo tienen tres o cuatro.
3)
Los versos no riman de manera natural, si no artificial, usando voces arcaicas para sus tiempos.
El
mester de clerecía
A partir del año 1230 aproximadamente,
aparece el mester de clerecía, el cual se contrapone al mester de juglaría,
este es el arte de hombres que tienen trato con los libros, es decir, las
personas cultas. Cuando los poemas del mester de clerecía eran leídos (ante
pocos lectores, por cierto), estos “rellenaban” un tanto la carencia de cultura
entre el pueblo. Mientras Europa tenía un florecimiento literario, llegando a
la cúspide en el siglo XII, España fue ajena a esto, puesto que carecía de
literatura escrita.
La obra de Alfonso el Sabio
Alfonso el sabio fue hijo y sucesor de
Fernando III, quien unió definitivamente a León y Castilla. Alfonso no fue un
gran guerrero, pero por el contrario contribuyó a la cultura: se rodeó de un
grupo de colaboradores de todo tipo (moros, cristianos, judíos, franceses e
italianos) y así escribió la General
estoria y fue también creador de la prosa española. El taller del rey
Alfonso tuvo grandes proyectos, entre los que destacan Siete partidas (código de derecho civil) y Cantigas de Santa María (colección de poemas religiosos). Sin
embargo su proyecto más ambicioso fue la ya mencionada General estoria que tuvo diversas fuentes para su creación.
La literatura de los siglos XIV y XV
Al morir Alfonso el sabio su hijo y su
sobrino se encargaron de continuar la tradición impuesta por él. Y otros más
aparecieron, como Juan Fernández de Heredia (1310 – 1396), quien tuvo rango
militar y que al final de su vida se dedicó a la literatura.
Se cree que uno de los
inventores del verso mayor fue Francisco Imperial, genovés establecido en
Sevilla y autor de un raro poema alegórico: Dezir
de las siete virtudes. Hubo entonces, un lenguaje nutrido y vario del
lenguaje lírico. Los temas, las técnicas, los ideales y la retórica de la
poesía castellana del siglo XV se llaman “cancioneriles”. Don Enrique de
Villena (1384 – 1434) fue un personaje aragonés que fue sospechoso de brujería
por su alto interés en la ciencia y su curiosidad intelectual. Fue traductor de
obras como la Divina Comedia y la Eneida. Pero pese a ser un gran
literato, no es comparable con sus contemporáneos de Italia.
Sin embargo, el retraso
que Castilla presenta en comparación con Italia también le dejó cosas buenas,
como los libros de caballerías que surgieron en esos tiempos. Y es de esta
manera que para el siglo XV es prácticamente imposible hacer un recuento de la
literatura de la época, puesto que la misma se enriqueció y diversificó a tal
grado que la sola mención de los autores activos del periodo y sus obras,
llenaría páginas y páginas.
La lengua en los siglos XIII, XIV y XV
A diferencia del inglés o el francés
medieval, el español medieval es casi comprensible por los hispanohablantes
modernos, lo cual nos da una gran ventaja y así no es necesario ser un
estudioso del tema para poder leer un libro de ese tiempo. Además, a partir de
Alfonso X, al ir creciendo la cantidad de textos, se va estandarizando una
escritura común, que aunque no fue instantánea su fijeza, cumplió con su
propósito.
La lengua de Alfonso X
maneja un castellano de Burgos, pero hay en él préstamos de los usos de León y
de Toledo. Mucho de lo que se escribe en las obras de Alfonso solo se había
escrito en lenguas cultas como el árabe y el latín, por lo cual hace uso de
cultismos que siempre explica para evitar confusiones y al mismo tiempo hace un
reflejo de la nueva cultura que se iba adquiriendo.
Ante el uso de
cultismos destaca el poeta Juan de Mena, quien fue el más popular de sus
tiempos. Para muchas personas de la actualidad, Juan de Mena hizo quizás un uso
excesivo de cultismos, pero cabe señalar que al estar entre el gusto de las
personas en general se descubre otro punto interesante: las personas
contemporáneas a Juan de Mena disfrutaban de este tipo de lenguaje escrito,
aunque no lo usaran cotidianamente. Por otro lado, las corrientes cultas y
populares se juntaron, formando un castellano derecho, es decir equilibrado.
VIII.
EL APOGEO DEL CASTELLANO (Primera Parte)
El marco político
Tras diez años de matrimonio, Isabel I
de Castilla y Fernando II de Aragón, decidieron en 1479 unir sus reinos, de
manera que sus sucesores fueran llamados reyes de Castilla, León y Aragón.
Cuando murió la reina Isabel en 1504, el único descendiente de los reyes
católicos era la princesa Juana, pero ella había dado muestras de locura en
1503 y por lo tanto al morir su marido Felipe prematuramente en 1506 quedo
incapacitada para el cargo. El cardenal arzobispo de Toledo, fray Francisco
Jiménez de Cisneros quedó a cargo de Castilla y a la muerte de de Fernando el
Católico en 1516, el cardenal se ocupó de todo el reino en nombre de Carlo,
hijo de Juana y de Felipe. Carlos heredó grandes porciones de tierra, más las que
fue conquistando y las que se estaban descubriendo en el nuevo mundo.
Igual que España,
Portugal también estaba formando un imperio colonial, apoderándose de tierras
en África, Asia y América. En América tuvo conflictos con España, que fueron
resueltos por arbitraje del papa. Los portugueses empezaron a capturar
africanos en gran escala y los españoles a comprarlos para usarlos como
esclavos. Hubo un periodo, de 1580 a 1640, en el que Portugal pasó a ser parte
del imperio español. Con el paso de los años, los monarcas españoles fueron en
decadencia cada vez más notoria, puesto que se hicieron malos gobernantes y muy
dados al lujo.
La literatura
Los años de oro para la literatura van
de 1580 a 1640, es decir, coinciden con la época en la que Portugal perteneció
a España. Son estos años los de Cervantes, Góngora, Lope de Vega y Quevedo. Hay
libros de este periodo que nos dan casi gráficamente el panorama de la lengua
hablada en la realidad que se estaba viviendo, aunque también hay libros de
lenguaje complejo, sin embargo todos son importantes para la historia de
nuestra lengua, dado que aún hoy en día puede encontrarse la mayoría de esos
escritos en prácticamente cualquier librería.
El teatro
Sin duda alguna, el máximo representante
del teatro fue Lope de vega; fue llamado por Cervantes “monstruo de la
naturaleza” ante su ingenio para la creación literaria, puesto que escribió en
todos los géneros de su época. Sus contemporáneos decían un par de dichos: “Si
es de Lope es bueno” y “Creo en Lope todopoderoso, poeta del cielo y de la
tierra”. Todos los escritores de teatro posteriores a Lope fueron imitadores de
el, pero su gran sucesor fue Pedro Calderón de la Barca.
La poesía
En los primeros años la poesía no tuvo
nada nuevo, quedándose en los villancicos; sin embargo, a la mitad de ese mismo
siglo, emerge una revolución poética, producto de la pregunta del embajador
italiano Andrea Navarro a Boscán el “por qué” de la carencia de versos como los
de Italia en España. Aunque Boscán fue el iniciador de esta revolución, fue
Garcilaso de la Vega quien hizo predominarla entre el gusto de los lectores y
los nuevos poetas. A esto le siguió la nueva generación de poetas: Alonso de
Ercilla, fray Luis de León, Francisco de Aldana, Fernando de Herrera, Francisco
de la Torre, Baltasar de Alcázar.
En tiempos de Felipe II
el octosílabo estuvo en decadencia puesto que cualquier persona hacía uso de ella y generalmente era un mal uso,
puesto que daba lo mismo Ovidio que Tito Livio. El mejor momento de la poesía
en los siglos de oro fue a la mitad del siglo XVII con varios poetas como: Luis
de Góngora, los hermanos Argensola (Lupercio Leonardo y Bartolomé Leonardo),
Lope de Vega, Alonso de Ledesma, Bernardo de Balbuena, Francisco de Quevedo, el
conde de Villamediana, Esteban Manuel de Villegas.
Ya la segunda mitad del
siglo XVII no es tan rica como la primera, sin embargo es en este lugar donde
se posiciona Sor Juana Inés de la Cruz, quien sin duda es la máxima exponente
de la época y que logró levantarse sobre todos siendo mujer. Su poesía de estilo barroco es particularmente
bellísima y es el perfecto final de la poesía que comenzó con Boscán y
Garcilaso.
La novela
Desafortunadamente a finales del siglo
XVII la novela no tuvo una vasta proliferación como la tuvo a principios del
siglo XVI, cuando las novelas caballerescas tuvieron su apogeo en todo su
esplendor. Pero cuando estas comenzaron a decaer fue el inicio de la aparición
de novelas totalmente distintas: el Lazarillo
de Tormes, la Historia del
Abencerraje y la hermosa Jarifa y la Diana.
Pero ninguno de estos libros
puede compararse con el Quijote de la
Mancha, libro decisivo en la historia de la lengua española. La idea de
Cervantes era hablar de lo que opinaba y sentía de la vida, del mundo de su tiempo,
pero fueron muy pocas –contadas– las personas que entendieron correctamente el
mensaje. Quizá es por esta razón que Cervantes murió en la pobreza en el año de
1605.
La “prosa varia”
La “prosa varia” es realmente difícil de
contar con orden, puesto que se trata de toda la prosa “no novelesca”:
manuales, tratados científicos y filosóficos, por mencionar algunos. Entre
algunos de estos escritos están Marco
Aurelio, Silva de varia lección, Menosprecio de corte, entre otras.
Dentro de la “prosa varia” existen dos
ramas de gran importancia:
a) Historiografía:
a comienzos del siglo XVI hay dos historiadores importantes que escriben en
latín, Pedro Mártir de Angleria y Lucio Marineo Sículo. Después aparecen Fray
Bartolomé de las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo, además de Francisco López
de Gómara, quien escribió en español y para los españoles.
Entre
las obras clásicas de fines del siglo XVI y principios del XVII se encuentran
bastantes obras maestras, algunas de ellas son: Historia natural y moral de las Indias del P. José de Acosta, Historias de fray Prudencio de Sandoval
y Luis Cabrera de Córdoba, Historia
del P. Juan de Mariana y la Historia de
la conquista de México (1685) de Antonio de Solís.
b) Literatura
religiosa: la mayoría de estos textos se desconocen en la actualidad por varias
razones, entre las que destacan lo poco atractivo del texto mismo, aunque se
sabe que fueron de suma importancia en sus tiempos. Las principales figuras de
esta literatura son Santa Teresa y San Juan de la Cruz, aunque hubo otros más
como Alonso de Madrid, Francisco de Osuna, Bernardino de Laredo y Diego de
Estella, Luis de Granada, Pedro Malón e Chaide y Hortensio Félix Paravincino.
Esta división de la “prosa varia”, como
la división de los cuatro grupos (teatro, poesía, novela y “posa varia”) es
demasiado apretada, puesto que varios escritores se dedicaron lo mismo al
teatro que a la novela, otros eran poetas solamente, había quienes escribieron
de todo un poco, etc. El auge de los años dorados de la literatura española se
debió a la inmensa expansión del imperio español, pero el hablar de “literatura
imperial” no significa que los escritores hayan sido fieles a la política del
imperio.
IX.
EL
APOGEO DEL CASTELLANO (Segunda Parte)
La atención al idioma
Aunque existió un auge increíble en la
literatura española en los siglos de oro, existieron muy pocas gramáticas del
español, la primera fue escrita por Antonio de Nebrija en 1492. Contrario a
esto, las gramáticas que abundan son las del lenguaje poético, que son
realmente bastantes. También se crearon algunos diccionarios de español–latín y
latín–español, pero fue hasta 1611 cuando Sebastián de Covarrubias Orozco creo
el primer diccionario en forma, titulado Tesoro
de la lengua castellana o española. Otro tipo de diccionarios, fueron los
diccionarios de refranes, los cuales también abundaron.
Moros y moriscos
En el año de 1492 salió de Granada el
último rey moro hacia el desierto de África, con su familia y su séquito. Desde
mucho tiempo antes a esto, los españoles desarrollaron cierto desagrado ante
los moros que vivían entre cristianos, a los cuales comenzaron a llamar
moriscos, por causas políticas y religiosas; fue tanto el repudio que generaron
los moriscos hacia los cristianos que en entre los años de 1609 y 1614
desterraron a más de 300 000. No es sino hasta tiempos muy cercanos a los
nuestros que se comenzó a analizar la literatura árabe que se encuentra en
España y fuera de esta, escrita tras el destierro.
Judíos y sefardíes
Un siglo antes de la expulsión de los
árabes, en el año de 1492 se expulsaron a los judíos de España, y aunque
algunos se quedaron y se convirtieron en cristianos, fueron cruelmente
discriminados toda su vida por el solo hecho de ser judíos. Los sefardíes
(llamados así porque el nombre hebrero de España era Sefarad) fueron recibidos
en Portugal, Marruecos y Turquía, pero en 1497 en Portugal se decretó “o
bautismo o expulsión”, haciendo esto bastante cruel puesto que no podían
llevarse a sus hijos pequeños, de esta forma hubo bastantes “conversiones”.
El nuevo mundo
Fue precisamente en el mismo año de 1492
cuando se encontró el “nuevo mundo”, el cual trató de ser evangelizado por los
frailes de varias órdenes; el trabajo de evangelización fue de la mano con el
aprendizaje del español, pero pese a los intentos y el empeño que se tomó en esta
“castellanización” fueron parciales los resultados porque en América,
especialmente en México existían cientos de lenguas diferentes y así se volvió
una ardua tarea convertir a los indios al cristianismo y enseñarles español.
Humanismo y antihumanismo
En esta época, en las indias (tierras
americanas pertenecientes a España), se desarrolló una controversia
inverosímil, por un lado estaban frailes como Vasco de Quiroga que trataba de
llevar a cabo la Utopía escrita por
el inglés Tomás moro y por otro, el trato de los indios como si se trataran de
animales.
España y Europa
Europa tenía una concepción
contradictoria de España, puesto que por un lado la engrandecían al decir que
si algo era bueno “era por vía de España”, pero por otro lado, se mofaban de lo
orgullosos y arrogantes que podían llegar a ser los Españoles, que entre más
alto estaban, más arriba de la montaña querían estar.
X.
EL
APOGEO DEL CASTELLANO (Tercera parte)
Confianza en la lengua vulgar
Aunque los escritores de la antigua
Hispania, vanagloriaban el latín clásico y repudiaban el latín vulgar, fue el
latín vulgar el que tuvo siempre mayor difusión, y fue por esta razón que el
Brocense y Pedro Simón Abril fueron los primeros europeos que pidieron que las
clases de filosofía, derecho y medicina se impartieran en el idioma de la gente
y no en latín. Dante también apoyo este apogeo del latín vulgar, escribiendo su
Divina Comedia en latín vulgar. De
esta forma, fue que el latín vulgar fue ganando terreno y confianza entre las
multitudes, dándole mayor prestigio.
“El lenguaje puro y propio”
A lo largo de la historia hubo varias
disputas sobre cuál dialecto castellano era el más correcto, si el de Toledo o
el de Andalucía, el de Castilla o León, etc., hubo quienes apoyaron a ciertos
dialectos y otros más que no consideraban que fueran buenos esos mismos
dialectos. Hubo algunos poetas y escritores que hicieron sus trabajos en
dialectos ajenos para ellos, llamándoles la atención esto a sus lectores.
Cambios en la pronunciación, en el vocabulario y en la gramática
Lógicamente, por los regionalismos de
cada lugar, hubo tres ámbitos en constante cambio: la pronunciación, el
vocabulario y la gramática. Este fenómeno es muy peculiar en cada rincón del
planeta, dado que de una región a otra hay distintas palabras para un mismo
objeto, lo que ocasiona cierta confusión esporádica, lo mismo sucede con la
pronunciación, que es más notable y característica cuando hablan dos personas,
una de la costa y otra de una ciudad industrial, por ejemplo. Y la que no podía
faltar es la gramática, al estar sumamente emparentada con las formas de hablar
de cada persona.
XI.
EL
ESPAÑOL MODERNO
La academia y la literatura
Sería literal decir que la real academia
española ha estado peleada por siempre con el habla cotidiana, puesto que nunca
ha logrado que los americanos digan “vuestro” como en España, sin embargo, ha
sido desde su primera edición (1741) la ley sobre las palabras que se pueden
decir, así mismo es la que dice cómo se deben escribir. Se han dado casos en
los que por años la academia no acepta una palabra como legítima y tras mucho
tiempo de ser usada por las personas, la misma es aceptada por la academia.
La lengua, hoy
La realidad de nuestra lengua española
es que cada día se modifica más y más en cada lugar donde es hablada, pero a la
vez, mantiene sus bases, logrando así que un cubano, un mexicano y un toledano
se entiendan perfectamente aunque eventualmente tengan que preguntar que
significa tal o cual palabra. Una de las características más comunes de la
lengua española en la actualidad, es que las palabras que suelen decirse que
son malas palabras, en otros lugares
no lo son, por que carecen del significado peyorativo, logrando así que las
personas tengan mucho cuidado en lo que dicen en cada lugar.
CONCLUSIONES
Tras el exhaustivo trabajo que se ha
llevado a cabo, se puede concluir resumidamente que la evolución de la lengua
española –como la de todas las lenguas– se vio enriquecida por todos los
acontecimientos históricos ocurridos en el transcurso de la existencia del
español, desde sus orígenes y raíces mismas. Es notable también, como la
influencia de otras culturas creó mestizajes de todo tipo, no solo
lingüísticos, y aunque la mayoría de las veces hubo choques culturales y peleas
por demostrar quién o quiénes eran los mejores en todos los ámbitos, es
palpable la necesidad de estos belicosos encuentros, que en esencia destruyen,
pero que siempre tienen un pequeño rayito de luz que ilumina todo.
Es
pertinente mencionar en este apartado que se han cumplido con los objetivos que
pretendía el presente trabajo, dado que se ha hecho un análisis estructurado de
todos los cambios a los que ha sobrevivido la lengua española, demostrando una
vez más que no hay mejor o peor lengua, si no todo un mundo
lingüístico para descubrir y asombrarse con él.
BIBLIOGRAFÍA
Alatorre, Antonio (1989). Los 1001 años de la lengua española. FCE
[1979].
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