La forma inesperada en que un libro llegó a mis manos
Una
vez, en una feria del libro en Tacámbaro, había una caja de libros viejos que
tenía un letrero que se vendían en veinte pesos. Atraída por la oferta, me
acerqué. Revolví con fruición por largo rato, buscando y rebuscando algo de
valor. En su mayoría eran libros que no valían mucho la pena: de ahí el
descuento. Pero no me di por vencida. Encontré un libro de varios autores de la
editorial Tusquets, me parece que también apareció Murciélagos de Gustav Meyrink y el libro del cual quiero hablar
ahora: La atalaya de Elizabeth A.
Lynn.
El
librero los miró y los hojeó, me preguntó de dónde los saqué, le señalé caja y
no quería vendérmelos en el precio señalado. Me dijo que eran buenos libros
para vendérmelos en veinte pesos a cada uno. Yo lo sabía, por eso los había
escogido. Insistió que el de Tusquets valía por si solo más de cien pesos. Yo
guardé silencio, conocedora de ese detalle. Después me preguntó cómo es que
sabía el valor de esos libros. Le dije que había estudiado literatura. Me dijo
que ni hablar, el que sabe, sabe y me los dejó en ochenta pesos, sólo porque
había tenido buen tino. Feliz por llevarme tres buenos libros por menos del
precio de lo que valía tan sólo uno de ellos me vine a casa.
La trama de La Atalaya
La atalaya,
libro que me llamó la atención por su título es un libro que me sirvió para mi
tesis de licenciatura. Pero claro que no tiene nada que ver con los testigos de
Jehová. Descubrí que la palabra atalaya también denomina a una torre que es a
lo que se refiere en el libro. A grandes rasgos la trama trata del norte,
territorio que es conquistado por el sur y cómo el príncipe Errel es convertido
en bufón para luego escapar con uno de sus soldados hacia el sur donde es
protegido en Vanima. Ahí aprende a ser cheari por un tiempo tras el cual decide
volver al norte para derrotar a Col Istor, sin embargo la historia dará un giro
drástico que no se esperaba.
Lo que más me ha gustado del libro
Es
verdad que el mes del orgullo fue el mes pasado, pero aún estoy a tiempo de
hacer mi recomendación literaria al respecto y es que este libro es perfecto
para eso. No se trata de un libro explícito, para nada. Pero sí que tiene su
pequeño aporte que me ha encantado. Se trata de una pareja lesbiana que es tan
sutil que hasta pasa desapercibida por la mayoría de los personajes y el
protagonista ni cuenta se da por un montón de páginas. Sólo la observación
detenida hace que se dé cuenta de que se tratan de mujeres. Y es mucho después
que ellas revelan que son pareja por medio de hechos ya muy evidentes.
Los
detalles son los que cuentan. Pero si uno es un lector de esos que lee entre
líneas se puede dar cuenta de que se tratan de mujeres; yo la verdad no me di
cuenta la primera vez que lo leí porque estaba absorta en la lectura,
disfrutando de ella que no noté nada. Ahora que lo he leído por segunda vez me
he dado cuenta que los guiños estaban ahí, tan evidentes que no hace falta más
que poner atención para notar que todo estaba tan presente que los elementos
caen por su propio peso. Es que la maestría de la escritora es tal que el
lector es el que se engaña. Al menos yo me engañé.
Yo
sólo conozco este libro de la autora, pero por lo que he leído en internet este
es el primero de una trilogía y tiene otros libros que contienen contenido de
interés LGTB al grado que esta comunidad le otorgó a una de sus cadenas de
librerías el nombre de A different light
en honor a ella por uno de sus libros, lo que no deja de ser algo muy lindo.
Estilo y fantasía
Otro
detalle que no puede pasar desapercibido es el género y es que La atalaya es fantasía y no necesito ver
que en la portada tiene la etiqueta de que el libro tiene el Premio Mundial de
Fantasía de 1980 para saberlo, basta con leerlo. La forma en que está narrado,
las palabras quedan plasmadas con una genialidad maravillosa y única. El
castillo del que se habla con la torre es singular pero también lo es el estilo
de pelea que se asemeja a la caporeira donde se establece un equilibrio en el
que no se pretende matar sino neutralizar al enemigo. Además se habla también
de los clanes diferenciados por colores y sus formas tradicionales de actuar.
Algo también llamativo es que es de esos libros acompañados por mapas, lo que
es típico de los libros de fantasía.
Este
rasgo arriba mencionado es muy útil a la hora de ir leyendo porque permite al
lector ir avanzando en la lectura y corroborar los datos que se van dando a lo
largo del texto para no perderse en el libro o por mera curiosidad. Es parte de
los paratextos que muchos lectores disfrutan y me incluyo entre ellos. Aprecié más
la ilustración del plano de la Fortaleza de Tornor porque suceden más
acontecimientos ahí que el viaje que hacen los personajes a Vanima. El mapa de
los lugares es ilustrativo pero no es tan necesario como el de la Fortaleza, al
menos no en este primer libro.
Lo
más importante para mí es que te deja con ganas de más. Ahora que he vuelto a
releer el libro pienso que es posible que busque los otros libros de la
colección para leerlos, pues es verdaderamente buena su escritura y es muy
refrescante leer una literatura en donde no hay relaciones amorosas
tradicionales. Es bueno salirse del canon de vez en cuando y si es seguido,
mejor.
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