23 may 2021

El Dr. Carlos Jiménez Macías, entre la pluma y el escalpelo

Sobre el doctor Carlos Jiménez

Si queremos encontrar un escritor de versos refinados, concisos y precisos, con buena rima, es justo lo que vamos a encontrar en los libros del doctor Carlos Jiménez Macías quien nació en San Miguel el Alto, Jalisco el 27 de febrero de 1963 pero que radica en Tacámbaro desde 1996. El doctor Carlos es médico cirujano y partero por la Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo con especialidad en Traumatología y ortopedia. Ha publicado sus poemas en la revista “Inchátiro” y también los ha presentado en el Supremo Tribunal de Justicia de Ario de Rosales así como en la Feria del Libro de Zacapu de 2014 y se ha presentado en el jardín de las Rosas de Morelia en los “Viernes de escritores michoacanos”.

Las estructuras de su poesía

En sus poemas podemos encontrar cuartetos, quintetos, décimas, sonetos, haikús, es decir, el poeta tiene un uso muy variado y bien ejecutado de su quehacer literario, forjado a base de escribir de manera cotidiana. Se nota que hay un trabajo riguroso de por medio, no se trata pues de un poeta desmañado que se avienta al ruedo sin haber hecho su labor con detenimiento, al contrario, hay evidencias de largas jornadas de revisión en las que seguramente el doctor Carlos pasó revisando sus poemas para llegar a la mejor versión de sus textos.

La elegancia de su pluma

Su obra es, sin lugar a dudas, riquísima en sustantivos y de una gran adjetivación que se agradece pues ayuda a la imaginación y de ninguna forma entorpece la lectura. Sus poemas son un canto a la hermosura, llevando al lector de la mano por la sonoridad y la belleza, empleando siempre unas metáforas dignas de los grandes de la literatura. Lo único que quizá no ha hecho conocido al doctor es que escribe desde provincia y que no cuenta con un agente literario, pero creo firmemente que su poesía es para que sea conocida por todo el mundo pues no le pide nada a textos como los de Neruda, por ejemplo y no, no exagero. Ya dejaré más abajo algunos de sus poemas para que juzguen por su cuenta.

La gracia de sus versos es que los hace ver como que riman con una sencillez tan natural, como si fuera propio del lenguaje hablado y eso todos sabemos que en la práctica no sucede así. Al doctor Carlos Jiménez le es nato crear estos poemas, ya que tiene un estilo propio que quizá empezó a forjar cuando estaba en el seminario. Desde mi punto de vista, esa formación influyó mucho en su forma literaria de ver la vida pues estoy convencida que ahí aprendió las estructuras clásicas de la poesía para ya nunca olvidarlas.

He de decir, también, que es otro miembro del Colectivo Colibrí a quien conozco personalmente y que conocí casi al final de todos los que lo integran pero no por ello deja de ser una magnífica persona. Como doctor es igualmente muy amable y competente, y su profesión se deja ver en sus versos: no olvidemos que todos tenemos una posición social y escribimos desde nuestro aquí y ahora. Veamos ahora algunos de sus poemas.

 

Décima lira

 

(Dos clásicas damas y dos acompañantes)

En un momento dado y en lugares ignotos para muchos, encontrábanse por coincidencia… cuatro personajes de la literatura: dos clásicas damas, pero con libertad romántica moderna para la expresión de sus pasiones y sus tormentas. Sus nombres: décima espinela y lira poética; ambas nacidas en la antigua Europa medieval.

Asimismo, deambulaba por aquellos lares una señora llamada prosa, la cual era libre como el vuelo de las hojas otoñales que coquetean con el viento y por él se dejan llevar. Y algo extraño; pero realmente coincidió con un señor barbudo oriental, viejo y de pocas palabras, que cuando se encontraron sólo observaba… y ¡de pronto…! Una voz se escuchó imperativa…

¡Oye tú, Lira, te hablo!

no te hagas desentendida

pues tienes larga tu vida

y te ha tentado el diablo;

y no con solo un vocablo

como puedes tú decirlo

y en tus rimas inducirlo

bajo tu ritmo sin gracia,

pero te muestras reacia

y no quieres resarcirlo.

 

¿Bajo qué argumentos

profieres tus raciocinios mordaces,

que asoman los momentos

de lo que a veces haces?

Y quieres causar… por la fuerza… ¡enlaces!

 

Pareces ser más pequeña

por tu forma de vestir

y osas con afán ceñir

tú estructura halagüeña.

¿Es acaso la cigüeña

la que a este mundo te trajo?

vienes después de un trabajo

de un autor toledano,

más joven, fue el que me trajo.

 

Mi origen conocer

lo ostentas con abonada pericia,

pues le das de beber;

pero tienes estulticia

y en ti, ha crecido la avaricia.

 

Tranquilidad

es una virtud sabia…

al practicarse.

 

(Interviene el haiku)

 

Avaricia le has llamado

porque en muchos estoy,

aún son ritmos de hoy

porque me han utilizado;

pero yo no he forzado

a que mi ser pertenezca

y mi forma prevalezca

porque impregno lo sonoro,

y hasta me cantan en coro

haciendo el sabor que crezca

 

Muy bien, pero en parte

de acuerdo estoy; aunque vanidosa eres

y eso se mueve aparte

como todo un alférez

que cabalga, buscando a las mujeres.

 

Venid al cobijo, les dijo yo; ambas son hermosas y su andar es longevo (asevera la prosa). Cada una de ustedes han sido inspiradoras de letras que proyectan emociones, pensamientos y acciones… y corales serán en el inmenso mar de la literatura.

¡Ya lo ves, amiga mía!

Es grande nuestra prosapia

y nuestra voz es cual tapia

fuerte y que se sentía.

¿Piensas que no lo sabía?

Te engendró Garcilazo

por Italia a su paso

y con Fray Luis de León

viviste en su corazón

y San Juan salvó tu ocaso.

 

Yo sé que fue Vicente

quien te ideó desde la península,

y estuviste presente

no como una ínsula;

pues te ha cantado hasta la língula.

 

¿Ya veis hermosas damas? Cada cual ostenta su belleza por su forma de expresión y estilo… ¡las invito! A que de acuerdo a ello, hablemos de la cantera y las palmeras, pues son estigma de pueblos y significado expresivo autóctono. Contemos con el amigo oriental como moderador… ¿qué les parece?

(ambas asienten con expresión conocida)

 

Mérito tiene

la brevedad hablada

cuando expresa ideas.

 

Muy bien, ¡avante lira

inicia hablando…

de la cantera!

 

Das color a fachadas

con estilos que conjugan belleza,

naciendo de inspiradas

mentes con grandeza,

fijando para siempre… tu realeza.

 

Con arduo labor forjaste

desde profundos cimientos

testificando los momentos

de historia que abrazaste.

Duros momentos pasaste

cuando en tu suelo surgieron

aquellos que defendieron

la fe que siempre has tenido

y en ti jamás el olvido

pasará, porque te hirieron.

 

Mucho se puede

hablar de lo que a pueblos

es personal.

 

¡Avante, décima!

con verso que arrebata…

al aire palmeras.

 

Palpan trémulas el cielo

ondeando la tierra que atan

con raíces que arrebatan

la suculencia del suelo.

Vibran del alma el anhelo

que de tu voz inspirada

nace y está adornada

por pinos, agua y oyameles

pero que pronto sus mieles

pueden quedar en la nada.

 

Tu nombre por palmeras

ha surgido desde tiempos de antaño

cubiertas de quimeras,

y en tu cielo castaño

se inspira toda mente… ¡Hasta de huraño!

 

Ahora bien, interviene la prosa, es bueno saber a quién dirigen sus versos y por quien están inspirados. El nombre de los pueblos dentro de su peculiar entramado, es otra solicitud que yo les pido que hagan para al final quedar hermanadas; por lo que les pido que lo hagan como unión.

 

Valga la mente

entre dos querencias…

unión pretende.

 

Un fuerte sobresalto

se agolpa en mis entrañas sensibles

por San Miguel el alto,

donde muy apacibles

pasé felices momentos tangibles.

 

Cantera desde la infancia

miré entre acantilados

enormes por todos lados

presumiendo de su elegancia.

De las manos con prestancia

surgían rostros estéticos

quitándole lo patéticos

con el arte aprendido

por afán ya convertido

en oficio y labor éticos.

 

Incrustan el cielo

portando emoción…

son palmeras mensajeras.

 

Eres ahora mágico

por tus magnas bellezas y tu historia

que tomó tinte trágico,

dándole heroica gloria

cuando tu suelo proclamó: ¡Victoria!

Imponente alud serrano

que tus balcones divisan

son gigantes que aterrizan

en tu rojo suelo ufano.

Tacámbaro es de plano

gesta de real enlace

honores a verdes pinos

pero que muchos indinos

matan tan natural fase.

 

¡Orale, orale! Me han sublimado con sus disertaciones y pláceme sus argumentos sobre dos pueblos muy distintos… y distantes; sin embargo, aunque sean pocas gotas de la tormenta cultural, histórica y de la naturaleza que imbuye estos dos pueblos, son parte de la inspiración por la querencia de quien tiene parte… ¡de su esencia!

 

Haikus al vapor

 

Rima arrimando

sonido gargantual,

exasperado.

 

***

 

Pájaro que liba

sus travesuras avienta

y la madera cae.

 

***

 

Ritmo de letras,

versos sentimental

y pluma en Álvaro.

 

***

 

Corro en tus lazos

buscando columpiarme;

obvio trancanzo.

 

***

 

Gemido sórdido

el viento lo envuelve

y bebo tu savia.

 

***

 

Polvo escarpado,

hojas solas penetran

hasta el andamio.

 

Besos de invierno

 

Sedientos de abrigo por doquier

vagan desde albos y lejanos polos

buscando cobijo en todo ser…

todo invaden, movidos por Eolos.

 

Se invoca precoz su fenecer

y en su travesía no vagan solos;

traen consigo cristales, que al caer

rebotan, como caprichosos bolos.

 

Son sus fríos con su gélida onda

que cabalga sobre faz de la tierra

con sus cánticos, que a humanos aterra;

 

y no hay nada, aunque se esconda

que se libre del poder de su onda,

que con tino sus espinas entierra.

 

Décimas a la muerte

 

La noble dama nocturna

por su estampa que permea

y siempre una odisea

en el alma taciturna…

es provocada por la urna

que silente muerte abriga

y que el dolor mitiga

cuando el sufrir invade

hecho cual marqués de Sade

bajo crueldad que fustiga.

 

Oh! Grandiosa muerte infame

con tus brazos que acarician

los senderos que suplician

a pesar que se te aclame…

y de llanto hay derrame

que inunda el corazón

por copiosa la razón

aceptando que florezca

y a otros les parezca

tu presencia lo mejor.

 

Tu hoz sin distingo siega

con su filo que ostenta

y sin mesura detenta

su señorío que pega.

¿es lo que su mano lega?

Porque todos respetamos

Y mal o bien intentamos

cuando su aura se siente

impedir que se presente…

así somos los humanos.

 

Libros del doctor Carlos Jiménez Macías

Entre cantera y palmeras

Hilván de sombras


BIBLIOGRAFÍA

Jiménez Macías, Carlos (2014). Entre cantera y palmeras. Colibrí Izquierdo.

Jiménez Macías, Carlos (2019). Hilván de sombras. Namox.

 

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