Sobre el doctor Carlos Jiménez
Si queremos encontrar un escritor de versos refinados, concisos y precisos, con buena rima, es justo lo que vamos a encontrar en los libros del doctor Carlos Jiménez Macías quien nació en San Miguel el Alto, Jalisco el 27 de febrero de 1963 pero que radica en Tacámbaro desde 1996. El doctor Carlos es médico cirujano y partero por la Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo con especialidad en Traumatología y ortopedia. Ha publicado sus poemas en la revista “Inchátiro” y también los ha presentado en el Supremo Tribunal de Justicia de Ario de Rosales así como en la Feria del Libro de Zacapu de 2014 y se ha presentado en el jardín de las Rosas de Morelia en los “Viernes de escritores michoacanos”.
Las estructuras de su poesía
En sus poemas podemos encontrar cuartetos, quintetos, décimas, sonetos, haikús, es decir, el poeta tiene un uso muy variado y bien ejecutado de su quehacer literario, forjado a base de escribir de manera cotidiana. Se nota que hay un trabajo riguroso de por medio, no se trata pues de un poeta desmañado que se avienta al ruedo sin haber hecho su labor con detenimiento, al contrario, hay evidencias de largas jornadas de revisión en las que seguramente el doctor Carlos pasó revisando sus poemas para llegar a la mejor versión de sus textos.
La elegancia de su pluma
Su obra es, sin lugar a dudas, riquísima en
sustantivos y de una gran adjetivación que se agradece pues ayuda a la
imaginación y de ninguna forma entorpece la lectura. Sus poemas son un canto a
la hermosura, llevando al lector de la mano por la sonoridad y la belleza,
empleando siempre unas metáforas dignas de los grandes de la literatura. Lo
único que quizá no ha hecho conocido al doctor es que escribe desde provincia y
que no cuenta con un agente literario, pero creo firmemente que su poesía es
para que sea conocida por todo el mundo pues no le pide nada a textos como los
de Neruda, por ejemplo y no, no exagero. Ya dejaré más abajo algunos de sus
poemas para que juzguen por su cuenta.
La gracia de sus versos es
que los hace ver como que riman con una sencillez tan natural, como si fuera
propio del lenguaje hablado y eso todos sabemos que en la práctica no sucede
así. Al doctor Carlos Jiménez le es nato crear estos poemas, ya que tiene un
estilo propio que quizá empezó a forjar cuando estaba en el seminario. Desde mi
punto de vista, esa formación influyó mucho en su forma literaria de ver la
vida pues estoy convencida que ahí aprendió las estructuras clásicas de la
poesía para ya nunca olvidarlas.
He de decir, también, que es
otro miembro del Colectivo Colibrí a quien conozco personalmente y que conocí
casi al final de todos los que lo integran pero no por ello deja de ser una
magnífica persona. Como doctor es igualmente muy amable y competente, y su
profesión se deja ver en sus versos: no olvidemos que todos tenemos una
posición social y escribimos desde nuestro aquí y ahora. Veamos ahora algunos
de sus poemas.
Décima lira
(Dos clásicas damas y dos
acompañantes)
En un momento dado y en lugares ignotos para
muchos, encontrábanse por coincidencia… cuatro personajes de la literatura: dos
clásicas damas, pero con libertad romántica moderna para la expresión de sus
pasiones y sus tormentas. Sus nombres: décima espinela y lira poética; ambas
nacidas en la antigua Europa medieval.
Asimismo, deambulaba por
aquellos lares una señora llamada prosa, la cual era libre como el vuelo de las
hojas otoñales que coquetean con el viento y por él se dejan llevar. Y algo
extraño; pero realmente coincidió con un señor barbudo oriental, viejo y de
pocas palabras, que cuando se encontraron sólo observaba… y ¡de pronto…! Una
voz se escuchó imperativa…
¡Oye tú, Lira, te hablo!
no te hagas desentendida
pues tienes larga tu vida
y te ha tentado el diablo;
y no con solo un vocablo
como puedes tú decirlo
y en tus rimas inducirlo
bajo tu ritmo sin gracia,
pero te muestras reacia
y no quieres resarcirlo.
¿Bajo qué argumentos
profieres tus raciocinios
mordaces,
que asoman los momentos
de lo que a veces haces?
Y quieres causar… por la
fuerza… ¡enlaces!
Pareces ser más pequeña
por tu forma de vestir
y osas con afán ceñir
tú estructura halagüeña.
¿Es acaso la cigüeña
la que a este mundo te trajo?
vienes después de un trabajo
de un autor toledano,
más joven, fue el que me
trajo.
Mi origen conocer
lo ostentas con abonada
pericia,
pues le das de beber;
pero tienes estulticia
y en ti, ha crecido la
avaricia.
Tranquilidad
es una virtud sabia…
al practicarse.
(Interviene el haiku)
Avaricia le has llamado
porque en muchos estoy,
aún son ritmos de hoy
porque me han utilizado;
pero yo no he forzado
a que mi ser pertenezca
y mi forma prevalezca
porque impregno lo sonoro,
y hasta me cantan en coro
haciendo el sabor que crezca
Muy bien, pero en parte
de acuerdo estoy; aunque
vanidosa eres
y eso se mueve aparte
como todo un alférez
que cabalga, buscando a las
mujeres.
Venid al cobijo, les dijo yo; ambas son
hermosas y su andar es longevo (asevera la prosa). Cada una de ustedes han sido
inspiradoras de letras que proyectan emociones, pensamientos y acciones… y
corales serán en el inmenso mar de la literatura.
¡Ya lo ves, amiga mía!
Es grande nuestra prosapia
y nuestra voz es cual tapia
fuerte y que se sentía.
¿Piensas que no lo sabía?
Te engendró Garcilazo
por Italia a su paso
y con Fray Luis de León
viviste en su corazón
y San Juan salvó tu ocaso.
Yo sé que fue Vicente
quien te ideó desde la
península,
y estuviste presente
no como una ínsula;
pues te ha cantado hasta la
língula.
¿Ya veis hermosas damas? Cada cual ostenta su
belleza por su forma de expresión y estilo… ¡las invito! A que de acuerdo a
ello, hablemos de la cantera y las palmeras, pues son estigma de pueblos y
significado expresivo autóctono. Contemos con el amigo oriental como moderador…
¿qué les parece?
(ambas asienten con expresión
conocida)
Mérito tiene
la brevedad hablada
cuando expresa ideas.
Muy bien, ¡avante lira
inicia hablando…
de la cantera!
Das color a fachadas
con estilos que conjugan
belleza,
naciendo de inspiradas
mentes con grandeza,
fijando para siempre… tu
realeza.
Con arduo labor forjaste
desde profundos cimientos
testificando los momentos
de historia que abrazaste.
Duros momentos pasaste
cuando en tu suelo surgieron
aquellos que defendieron
la fe que siempre has tenido
y en ti jamás el olvido
pasará, porque te hirieron.
Mucho se puede
hablar de lo que a pueblos
es personal.
¡Avante, décima!
con verso que arrebata…
al aire palmeras.
Palpan trémulas el cielo
ondeando la tierra que atan
con raíces que arrebatan
la suculencia del suelo.
Vibran del alma el anhelo
que de tu voz inspirada
nace y está adornada
por pinos, agua y oyameles
pero que pronto sus mieles
pueden quedar en la nada.
Tu nombre por palmeras
ha surgido desde tiempos de
antaño
cubiertas de quimeras,
y en tu cielo castaño
se inspira toda mente… ¡Hasta
de huraño!
Ahora bien, interviene la prosa, es bueno saber
a quién dirigen sus versos y por quien están inspirados. El nombre de los
pueblos dentro de su peculiar entramado, es otra solicitud que yo les pido que
hagan para al final quedar hermanadas; por lo que les pido que lo hagan como
unión.
Valga la mente
entre dos querencias…
unión pretende.
Un fuerte sobresalto
se agolpa en mis entrañas
sensibles
por San Miguel el alto,
donde muy apacibles
pasé felices momentos
tangibles.
Cantera desde la infancia
miré entre acantilados
enormes por todos lados
presumiendo de su elegancia.
De las manos con prestancia
surgían rostros estéticos
quitándole lo patéticos
con el arte aprendido
por afán ya convertido
en oficio y labor éticos.
Incrustan el cielo
portando emoción…
son palmeras mensajeras.
Eres ahora mágico
por tus magnas bellezas y tu
historia
que tomó tinte trágico,
dándole heroica gloria
cuando tu suelo proclamó:
¡Victoria!
Imponente alud serrano
que tus balcones divisan
son gigantes que aterrizan
en tu rojo suelo ufano.
Tacámbaro es de plano
gesta de real enlace
honores a verdes pinos
pero que muchos indinos
matan tan natural fase.
¡Orale, orale! Me han
sublimado con sus disertaciones y pláceme sus argumentos sobre dos pueblos muy
distintos… y distantes; sin embargo, aunque sean pocas gotas de la tormenta
cultural, histórica y de la naturaleza que imbuye estos dos pueblos, son parte
de la inspiración por la querencia de quien tiene parte… ¡de su esencia!
Haikus al vapor
Rima arrimando
sonido gargantual,
exasperado.
***
Pájaro que liba
sus travesuras avienta
y la madera cae.
***
Ritmo de letras,
versos sentimental
y pluma en Álvaro.
***
Corro en tus lazos
buscando columpiarme;
obvio trancanzo.
***
Gemido sórdido
el viento lo envuelve
y bebo tu savia.
***
Polvo escarpado,
hojas solas penetran
hasta el andamio.
Besos de invierno
Sedientos de abrigo por
doquier
vagan desde albos y lejanos
polos
buscando cobijo en todo ser…
todo invaden, movidos por
Eolos.
Se invoca precoz su fenecer
y en su travesía no vagan
solos;
traen consigo cristales, que
al caer
rebotan, como caprichosos
bolos.
Son sus fríos con su gélida
onda
que cabalga sobre faz de la
tierra
con sus cánticos, que a
humanos aterra;
y no hay nada, aunque se
esconda
que se libre del poder de su
onda,
que con tino sus espinas
entierra.
Décimas a la muerte
La noble dama nocturna
por su estampa que permea
y siempre una odisea
en el alma taciturna…
es provocada por la urna
que silente muerte abriga
y que el dolor mitiga
cuando el sufrir invade
hecho cual marqués de Sade
bajo crueldad que fustiga.
Oh! Grandiosa muerte infame
con tus brazos que acarician
los senderos que suplician
a pesar que se te aclame…
y de llanto hay derrame
que inunda el corazón
por copiosa la razón
aceptando que florezca
y a otros les parezca
tu presencia lo mejor.
Tu hoz sin distingo siega
con su filo que ostenta
y sin mesura detenta
su señorío que pega.
¿es lo que su mano lega?
Porque todos respetamos
Y mal o bien intentamos
cuando su aura se siente
impedir que se presente…
así somos los humanos.
Libros del doctor Carlos Jiménez Macías
BIBLIOGRAFÍA
Jiménez Macías, Carlos (2014). Entre cantera y palmeras. Colibrí
Izquierdo.
Jiménez Macías, Carlos (2019). Hilván de sombras. Namox.
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