El cómic y la novela gráfica como opción alternativa al libro tradicional
Como lectora he buscado libros de todo
tipo y es literal. Al dar clases de literatura necesitaba buscar nuevos
formatos para mis alumnos, en esa búsqueda di con El instante amarillo, pero en eso llegó la pandemia y ya no pude
mostrarles en físico el texto, simplemente les hablé del libro. Luego dejé de
estar en activo y bueno, me quedé con el libro, que, de todas formas ya había
comprado. En realidad pensaba hacer un sistema de préstamo de mis libros con
mis alumnos en el que les cobrara una “renta” por libro mientras lo usaran para
tener fondos y así poder comprar más novelas gráficas, pues tengo excesivamente
pocas y sólo uno o dos cómics. De hecho, ahora en el programa de literatura de
bachillerato la novela gráfica y el cómic están incluidos, lo cual me parece
genial. Yo paso algunas horas al mes leyendo en webtoon, es uno de mis placeres
culposos. Creo que debemos dejar de diferenciar entre la “alta” y la “baja”
literatura.
Claro, no podemos igualar cosas como Cervantes y su lenguaje con las cosas que hay en Wattpad, por ejemplo. Pero hay que comprender que podemos ser lectores versátiles y leer ambas cosas, que una cosa no demerita a la otra. Yo misma inicié como una escritora de fanfictions, ya les hablaré en alguna ocasión de eso. Tenemos que disfrutar lo bueno que tiene cada género, ¿por qué no? La diversidad literaria que existe es infinitamente amplia como para cerrarnos a las posibilidades. Además, no podemos hacer una verdadera y buena crítica si no conocemos el texto.
Prejuicios literarios
Con un compañero de trabajo que tuve en
alguna ocasión platicábamos mientras volvíamos del trabajo y me dijo que otra
compañera que tuvo le comentó al respecto de un libro que él llevaba en su
coche que era una lástima que lo llevara, porque ella no leía esa clase de
literatura comercial. Aquí quiero decir algo. Que sea comercial un texto no
necesariamente lo hace malo, pero tampoco bueno. Es como las películas que
denominamos palomeras. Hay veces que te apetece ir al cine sólo para reírte.
Sabes que la película es la clásica película dominguera que tal vez no tiene
una gran calidad cinematográfica pero que te hará reír. Tú sólo quieres pasar
un rato en familia y ya está.
Así es también con ciertos libros. Divertirte un rato no está mal. Las imágenes están bien en ciertos libros y eso no quiere decir que porque tengan menos texto son de menor calidad; en realidad sólo se trata de otro formato. Si vas buscando eso (un formato diferente), en especial en una novela gráfica, cuando quieres desconectar, El instante amarillo es una buena opción. Muy recomendada también para chicos que recién entran en la adolescencia o que están en plena pubertad. ¿Y por qué? Obviamente no es porque tenga poco texto, que no se salvarán de leer. Si están evadiendo la lectura, a buscar otro libro que este tiene doscientas páginas llenas de novela gráfica. Y un detalle, las novelas gráficas también se leen. No hay que olvidar que las palabras son imágenes y nuestro cerebro las decodifica.
En cuanto a El instante amarillo
Es una historia de Bef (Bernardo Fernández), quien es escritor, historietista y diseñador gráfico. En las páginas de la novela se cuenta la historia de María, una chica que sufre porque las compañeras que tuvo en clase se burlaban de ella y el chico que le gusta no le corresponde. Durante el desarrollo de la trama buscará enfrentar sus miedos y resolver sus problemas. En casa también las cosas están difíciles. En cuanto a las ilustraciones, puedo decir que convergen varios estilos. Por un lado, aparecen los clásicos cuadros de las viñetas del cómic que todos interpretamos como prototípicos.
Pero también confluyen textos narrativos de obras clásicas, extractos que imitan a los diarios y algunos dibujos más sueltos, con más espacio o aire, sin limitaciones de líneas que los encuadren. El formato del libro es muy libre, desenfadado, permitiendo al lector llegar a él con frescura y completamente relajado. Pese a que se llama El instante amarillo, en la gama de los colores usados por el autor predominan los marrones y los grises. El título es metafórico, aunque la portada sí que es de un llamativo amarillo. La pongo al costado para que admiren lo bien que Bef maneja las ilustraciones y el color.
Respecto a la historia puedo decir que la inclusión de personajes clásicos es un gran punto a su favor porque los introduce de una forma natural y además cuenta parte de su historia, dándole al lector un punto de partida para que se adentre después por su propia cuenta en el mundo literario; en otras palabras, este libro es una semilla que si germina puede crear una planta bien cimentada en un buen jardín hacía el camino del viaje de la pasión por la literatura. Para iniciar a los pequeños lectores que serán los grandes lectores del día de mañana me parece un excelente libro. Recuerden que para leer a los clásicos de la literatura primero hay que comenzar dando pequeños pasos. Por todo lo anterior, este es el libro que recomiendo como el libro del mes.
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